—¡Dios mio! ¿Por qué no contestarán al teléfono?... Es un hotel-castillo con cabañas deben de tener muchos empleados.
—¿Pero no has ido nunca?
Un castillo... eso parecía interesante.
—Nunca, no conozco a los Harrison, pero creo que son muy mayores.
Dinah se quedó dormida en el coche. Cuando despertó, no supo cuánto tiempo llevaban en el coche.
—Hemos llegado.
—¿Adonde?
—Al fin del mundo.
Dinah salió del coche, hacía frío, así que se puso la chaqueta. Delante de ella se alzaba un edificio imponente. No se veía ninguna luz.
—¿Qué hora es?
—Las diez.
Normani llamó a la enorme puerta.
—¿Conseguiste localizar a los Harrison mientras dormía?
—No.
Tras esperar un rato, Normani volvió a llamar. Unos minutos después, apareció una luz en la ventana y oyeron cómo alguien abría un cerrojo.
Un hombre mayor con una bata de lana les abrió.
—¿Acaso quieren despertar a todo el mundo jovencitas? ¿Saben qué hora es? Son más de las diez.
Dinah ocultó una leve sonrisa mientras Normani se presentaba. Entraron en el dichoso castillo. En la entrada, había una chimenea inmensa donde todavía crepitaban las llamas, arrojando sombras sobre las oscuras paredes de madera y el desgastado suelo embaldosado.
—Es precioso... —afirmó Dinah.
—Les mostraré su dormitorio.
—¿Quién es usted? —le preguntó Normani.
—Soy Robert, señorita.
—Nos gustaría ofrecerles nuestras disculpas a los dueños.
—Esta noche no, están en la cama —Robert les llevó por unas escaleras de madera—. En este castillo nos solemos acostar pronto, excepto en ocasiones especiales.
Caminaron por largos pasillos poco iluminados durante un rato, y de repente, Robert abrió la puerta de una habitación.
Cuando Robert los dejó solos, Dinah se fijó en la bonita cama de madera de roble y en la chimenea de piedra, todo era tan rústico como un cuento de princesas. De repente, se dio cuenta de que solo les habían dado una habitación ¿Por qué no se le había ocurrido antes? Además, no había alternativa.
—Por el amor de Dios... ¡Hace un frío infernal aquí! Y seguramente haya mucha humedad —Normani se asomó al baño y se quedó estupefacta—. ¡Ni siquiera tiene ducha! La diva que llevaba dentro se estremeció.
—Solo hay una cama...
Normani se quedó con el pomo de la puerta en la mano y lo volvió a enroscar.
—El castillo está en muy mal estado ¡No me extraña que los Harrison lo quieran vender! Supongo que un estúpido romántico terminará desperdiciando su dinero y lo comprará.
—Solo hay una cama...
—Sí... como solo hay tres muebles, ya me he dado cuenta —señaló Normani—. Pero en estos momentos solo puedo pensar en comida y en calentarme...
—Podrías encender la chimenea, yo prepararé algo para comer.
—Esto no era precisamente lo que me había imaginado.
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The Betrayal -Norminah (TERMINADA)
FanfictionDinah Jane se quedó de piedra cuando Normani Kordei Hamilton se ofreció a ayudarla con sus problemas económicos. Tenía que haber alguna trampa. Así era... la despiadada y sexy millonaria necesitaba que Dinah fingiera ser su novia durante un par de m...