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-Diablos, mi cabeza no deja de dar vueltas.-

-La mía está igual.-

El lado bueno es que habían despertado y no estaban muertas, no habrían cargos; al menos no  otro más porque ya había recibido varios por el volumen de la música.

-Despierten idiotas.- Dije levantandome del sofá. -Deberán decirme sus nombres y arreglarse antes de que las lleve a sus casas.-

Una de ellas dejó caer su cabeza al suelo. -Dame un segundo para recordar mi nombre.-

Diablos.

-Soy Kate.-

Respondió la pelirroja mientras se ponía de pie.

-Soy Scarlett.- Dije mientras tomaba las llaves de mi auto.

-Creo que ya se mi nombre.- Soltó la chica que estaba tumbada en el suelo. -Me llamo Valerie.-

Escuché el sonido de algo romperse que provenia de arriba.

-Mientras regreso les agradecería que recuerden donde viven.- Grite mientras subía las escaleras.

Subí de dos en dos mientras me guiaba por el sonido de los ruidos que provenían de... No puede ser.

-Mi habitación.- Susurré.

Abrí la puerta sin aviso para encontrar a mi novio sobre una perra.

-¿Que diablos?- No estaba tan sorprendida.

-Cariño, puedo explicarlo.- Soltó Zack levantándose.

-Oh bebé, estoy segura de que tienes el pretexto perfecto.- El sarcasmo era mi especialidad.

-Scarlett...-

-Vete perro.- No lo dejé terminar.

-Mi amor.-

-¡Lárgate!- Grité. 

Vi como comenzaba tomar sus prendas del suelo.

-Eh, ¿que haces?- Pregunté, aunque ya lo sabía.

-Pienso vestirme.-

-No.- Dije y tome sus ropas. -No te irás de aquí sin pagar el precio.-

-¿Disculpa?- Soltó confundido.

Respondí a su pregunta soltando sus prendas por la ventana.

-¡Maldición Scarlett!-

No pude evitar sonreír.

-Eres una...-

-Si lo se, soy varias cosas, pero en lugar de quedarte aquí diciéndome lo que ya se, ¿por que mejor no vas a buscar unos pantalones? No creo que así puedas volver a tu casa.-

Abrió la boca para decir algo pero al final sólo tomó un cojín y se fue. Deduje que estaba bajando las escaleras al escuchar las risas de todos.

Mire a la ventana y lo vi salir completamente desnudo siendo señalado por las personas quienes se encontraban afuera. -¿Sabes? No te culpo de nada.- Me dirigi a la perra que estaba en mi cama. -No estoy sorprendida en lo absoluto, el ya había echo esto antes, me refiero a ser infiel, y lo ha echo incontables veces, lo perdonaba porque en serio lo quería.- Sonreí. -No me di cuenta de que dejé de hacerlo hasta ahora, creo que debo agradecerte.- La mire y me di cuenta de que estaba tumbada en el suelo.

-Mierda.- Se me escapó.

Me arroje al suelo y puse su cabeza en mis piernas, la mire y al instante la reconocí, teníamos biologia juntas.

-Amber.- Repeti su nombre varias veces a la par que golpeaba su mejilla.

Puse mi oreja en su pecho para escuchar sus latidos, los cuales iban muy lento. - Mierda, mierda, mierda.- Maldije. -¡Reacciona maldita perra!- Grité mientras le daba una cachetada.

Ella comenzó a toser y yo volví a respirar por el simple hecho de que no estaba muerta.

-Amber, mirame, Amber.- Estaba comenzando a desesperarme.

Abrí uno de sus ojos y pude ver que estaba algo rojo, me acerqué a su boca y pude percibir el olor a alcohol.

-Hey, pequeña estúpida, ¿bebiste mucho?-

Ella asintió con la cabeza.

-Bien.-

Pondría aprueba todos mis meses de gimnasio con mi sexy entrenador, del cual ahora puedo disfrutar ya que no tengo novio... Sonreí.

-¡CONCENTRATE SCARLETT!- Atacó mi subconsciente.

De acuerdo. Cargué a la estúpida rubia hasta el baño, la bajé y la coloqué de rodillas.

-Bien, Amber, echa hacia atrás la cabeza.-

Reaccione luego de un segundo y bufe, estire de su cabello haciendo que quede mirando al techo. Moje dos de mis dedos y los metí en su boca, ella comenzó a hacer fuerza para quitar mi mano de su boca, tosio varias veces hasta que una explosión de vómito salió de ella. Comenzó a sacar todo el exceso de alcohol de su organismo.

-Que asco.- Dije mientras sostenía su cabello.

Finalmente dejó de vomitar, le presté ropa y deje que se tirara a descansar en mi cama.

-Bien, tienes una hora para descansar, te llevaré a tu casa a las 5:00 a.m. junto con...-

MIERDA.

-Enseguida vuelvo.- Solté mientras salia casi corriendo.

-Scarlett.- Llamó.

Asomé mi cabeza por el marco de la puerta. -¿Si?-

-Gracias y, lo siento.- Eso no me lo esperaba.

-No hay problema.-

Baje las escaleras mientras chocaba con toda la multitud, había tanta gente aquí, yo ni siquiera conocía a la mitad de las personas que estaban. Busqué por toda la casa a las alcoholicas y nada, no las encontré por ningún lado.
Caminé a la consola del Dj y sin previo aviso desconecte la máquina.

-¡Muy bien amigos! ¡La fiesta terminó, larguense!- Grité para luego escuchar el desaliento de todos ellos.

Me paré en la salida para ver si esas chicas salían de la casa, espere hasta el último individuo y no las vi.
Tal vez se habían ido con sus amigos o no lo se, no debería de importarme, siempre y cuando nadie muriera en mi propiedad todo estaba bien para mi.
Me adentre a mi morada y caminé a la cocina, tome una bebida del refrigerador y mientras caminaba a mi habitación pensando en lo sola que me había quedado, sin novio, sin amigas, quizá sin padres, estaba sola.
Entré a mi habitación y encontré a Amber en mi cama durmiendo, Valerie en mi sofá roncando y Kate en el suelo en un estado de coma.

El sonido de mi celular me asustó pero no despertó a las demás. Un mensaje de mi padre.

-Llegaremos para almorzar, te queremos.- Como si creyera eso.

El lado bueno era que tenía bastante tiempo para esperar al personal que limpie la casa y para llevar a estas desconocidas a sus hogares.
Puse mi alarma a las 8:00a.m y me deje caer al suelo para dormir.

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Scarlett en multimedia.

My Fucking TeamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora