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P.O.V. Valerie King.

Todo pasó tan rápido, Aaron y yo íbamos discutiendo, una camioneta solo salió de la nada y nos llevó por delante. Tengo vagos recuerdos, mi cabeza impactando por la parte delantera del auto. Al despertar logré ver la ambulancia, las patrullas, pude ver las llamas y a los bomberos, yo veía todo, menos a Aaron.

-Estarás bien linda.- Era una voz femenina, se me dificultaba ver.

-¿Donde esta Aaron?- Me dolía todo.

-Suban la.- Gritó alguien.

Borrosamente distinguí el interior de la ambulancia.

-No estaba respirando cuando me aparté.- Dijo un enfermero.

-Aaron.- Susurré. -¿Dónde está?- 

-Tranquila, todo estará bien.- 

Mis ojos se iban haciendo mas pesados, me costaba respirar, ya no distinguía el interior de la ambulancia, me daba sueño, vagamente podía escuchar a los médicos.

Logré escucharlos gritar algo de las sirenas pero no pude escuchar la oración completa sin que mis oídos fallen.

-¡Valerie, quedate conmigo!- Una voz femenina. -¡Mantente despierta Valerie!-

Desperté estando empapada en sudor, mis auriculares me asfixiaban y el aire acondicionado estaba apagado.

-Se fue la luz.- Escuché decir a Aaron en el baño.

-Tuve una maldita pesadilla.- Dije secandome el sudor.

Cuando salió del baño me di cuenta de que no era Aaron. -¿Que diablos haces aquí? ¿Donde está Aaron?-

-Mierda, deja de repetir su nombre por favor, lo hiciste todo el tiempo.-

-Mike que haces aquí.- Exigía una respuesta.

-Tu viniste a mi, Valerie.- El estaba sin camisa y se notaba que no había dejado de hacer ejercicio.

-Tengo que irme.- Me levanté y comencé a vestirme. -¿Sabes? Tuve un sueño raro, me había accidentado.-

-¿En serio? ¿Que sentiste?-

Hice una mueca de dolor. -Una punzada como la que estoy sintiendo.- Me estaba doliendo fuertemente el vientre.

-Valerie.- Mike corrió a mi, me tomo en sus brazos y me depositó en la cama.

-Siempre que tengo pesadillas siento que estoy cayendo.-

De repente me golpeó mi subconsciente. -Mike.-

-¿Si?-

Esto no podía estar pasando. -¿Como sabes que estas soñando?-

-En los sueños tienes dedos de más o no puedes leer, es lo que leí.- Comenzaba a sudar y el vientre me dolía más.

-Muestrame tu mano.- Diablos ¿por que me dolía tanto?

-¿Que?-

-¡Trae tu mano!- Grite y la alzó.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco... Seis.

Desperté viendo las luces pasar, los médicos corriendo al costado de mi camilla.

-¿Que está pasando?- Susurré.

"¡Necesitamos que le apliquen anestesia!" "Una costilla rota" "Cortadas en el vientre" "Lesión en el cráneo" "Quemadura de mi primer grado en la pierna izquierda". Esas eran algunas de las tantas cosas que logré escuchar de los médicos.
Nuevamente los ojos se me iban cerrando de nuevo y respirar se me hacía difícil.

My Fucking TeamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora