Capítulo 5

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Corremos por un largo y oscuro pasillo solitario con un importante olor a polvo y tuberías. Lo único que oigo dentro de él es el estridente sonido de nuestros pasos, que está por debajo de el de los latidos de mi corazón.
El chico aprieta levemente mi muñeca temiendo perderme en la negrura, y nos adentramos en una habitación también sin iluminación.

-¿A dónde me llevas? -pregunto en un leve tono de voz, como si alguien pudiese escucharme.-

-Quiero salir por la valla de la parte de atrás -responde de la misma manera que yo.-

Extiendo los brazos y camino cuidadosa intentando no chocar de nuevo con algo mientras que me dejo llevar por él a un ritmo un poco más lento.

-¿Es que conoces esto? -digo pasando junto a algo frío y metálico con lo que rozo mi mano y parte de mi brazo.-

Cuando llegamos al final, tantea a oscuras en la pared durante unos segundos y abre una puerta pesada y chirriante que deja entrar la claridad del exterior. Vuelve a agarrarme del antebrazo y sale bajando los escalones conmigo pisando sus talones.

-¿Por dónde crees que he entrado antes? -contesta llevándonos hasta la fina valla grisácea que rodea el pequeño patio de cemento en el que hemos acabado.-

Se gira poniéndose frente a mí y se agacha un poco inclinando las rodillas y juntando las manos delante de él para levantarme.

-Salta -ordena observándome desde su posición esperando a que lo haga.-

Yo, indecisa, lo miro a él una y otra vez buscando una verdadera razón para no salir corriendo en otra dirección distinta y dejarlo solo frente a esos policías.

-¿A qué esperas? -insiste frunciendo el ceño.- ¡Vamos! -pide alterado e impaciente.-

No le conozco de nada. ¿Quién sabe si en realidad lo que quiere es robarme o aún peor, asesinarme? La verdad se me ocurren bastantes opciones sobre cómo puede acabar esto y ninguna de ellas parece muy agradable.

-¿Por qué estás haciendo esto? -pregunto dando un paso hacia atrás sujetando mi mochila con la mano derecha.-

-¿Qué? -expresa incrédulo y nervioso sacudiendo la cabeza inquieto- ¿Cómo puedes detenerte en un momento como este?

Yo me quedo en silencio seria, sin apartar un segundo la vista de él.
¿Que cómo puedo, señor secuestra-chicas barra acosador?
¡Fácil! Creo que después de tanto tiempo sigo apreciando mi vida y no me gustaría perderla por confiar en un extraño como él, así que sí, es necesario que me detenga ahora mismo.

De repente, la sirena del coche patrulla policial, comienza a oirse cada vez más cerca del lugar y los dos volteamos la cabeza hacia donde proviene su sonido.

-¡Sólo hazlo! -exclama moviendo las manos en señal de desesperación.-

Yo lo miro insegura mordiéndome el labio con indecisión.

¿Qué debo hacer?
Si esos hombres me pillan ahora, será mucho más difícil salir de esta que atravesando la valla.
¿Pero cómo sé que puedo fiarme de él? ¡Es imposible!

Clava su mirada en mí, dura, fría y expectante, diciéndome que debo hacerlo, que tengo una oportunidad, que puedo salvarme de esta.

Joder.

Muy en contra de mi voluntad, pongo un pie en su palma y él me impulsa hasta que llego a lo alto de la alambrada y puedo pasar por encima. Cruzo al otro lado soltándome para alcanzar de nuevo el suelo, y él escala con facilidad detrás de mí para imitar después mis movimientos, y los dos terminamos de pie sobre el asfalto. Oímos algo de ruido dentro de edificio, y me pongo mucho más nerviosa de lo que ya me siento entonces.

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