El viaje fue de lo más aburrido o bueno, al menos las partes donde estaba despierta.
Narra Carlos.
Apenas ha pasado un día de que Jane se fue y siendo sincero no sé qué hacer, en este momento estuviésemos acostados y viendo películas o tal vez... Otra cosa.
Escuché el timbre de mi apartamento así que me dispuse a ponerme de pie y abrir aunque enseguida me arrepentí. Si si, era Melissa, maldita perra Melissa.
—Bebé, tu mensaje me lastimo un poco, por lo que quise venir y hacerte cambiar de parecer, los mensajes no son para nada igual que verlo todo con tus propios ojos ¿no?
Al terminar de decir eso se sacó la blusa y quedó solamente en un sostén de encaje, tinto para aclarar. Paso sus brazos por mis hombros y enredo sus manos en mi cabello.
—Melissa...
—Shh... Solo déjate llevar amor.
No no no, esto no es para nada bueno, ella es una perra, ¡maldita puta!
Me Arme de valor y como pude la quité de mi.
—Melissa, por favor, deja de ser tan puta y si te gusta serlo hay lugares donde hasta te pagan por ello.
Su cara fue épica, debí haber tenido mi celular encendido para capturar su cara.
—No te preocupes cariño.–Dijo alzando su celular.–Tengo todo lo que quería y necesitaba.
Holly shit.
