Herida de guerra.

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Es algo cansado estar en el trabajo, pero me encanta, es muy buen trabajo y mi jefe es muy amable.

- buen día Sarahí- me dice mi jefe, es un hombre mayor, como de 65 años, muy canoso y regordete.

- buen día señor Saenz - me pongo de pie- tiene dos mensajes de su esposa, y deje los papeles en su escritorio-

- Gracias- dice cerrando la puerta de su oficina.

Frente a mi escritorio esta Taylor McClain, es mi compañera es la secretaria del señor Sosa, es un hombre de 40 años, muy elegante, y muy guapo, pero es, ¿como decir?.... algo molesto.

- hola- le digo y también le hago una seña de saludo.

-hola- dice ella con con simpatía y haciendo el mismo gesto que yo.

Ella es divertida, es de estatura baja su cabello es bastante largo, casi nunca se maquilla, pero no deja de ser bonita, es algo sería, bueno muy seria, pero es divertida.

Me siento y comenzó a revisar unos papeles, todos del trabajo.

Si preguntan en que trabajo, supongo que ya se dieron cuenta que soy secretaria, no es gran cosa, pero es algo fijo, y es un trabajo divertido, la compañia que trabajo es de publicidad, es algo pequeña, pero ha crecido mucho en los últimos dos años, para las personas que trabajamos Taylor y yo son los dueños esta compañía, mi jefe empezó con el proyecto cuando se júbilo y el jefe de Taylor comenzó esto como para emprender algo y dar oportunidad a personas jóvenes.

Ya se están dando las cuatro de la tarde, mi hora de salir, afortunadamente he adelantado todo el trabajo y solo le daré un repaso mañana, guardo todo bien en los cajones, tomó mi saco y bolso.
Me pongo de pie, me dirijo a la puerta del señor Saenz, golpeó la puerta.

- pase- me dice del otro lado.

- señor, ya esta todo listo y guardado- me termino de poner el saco- que tenga buena tarde señor-

- igual Sarahí- dice sin dejar de leer los papeles que le di en la mañana.

Cerré la puerta y mientras esperaba a Taylor mire mi celular, es extraño no tener ningún mensaje de Sebas.

- ¿lista?- le digo a mi compañera terminando de acomodar todo.

- lista- dice con una sonrisa simpática.

Mientras bajamos las escaleras menciona.

-tengo un dolor en el hombro- dice sobando su hombro derecho.

Ya tiene varios días con ese dolor.

- quizá deberías de dejar de cargar todo de ese lado- le ayudo a sostener el bolso en el que carga todos los papeles de la oficina.

- quizá- dice pensativa.

Es muy terca y quizá no lo haga.

Después de caminar todo el tramo a la entrada veo su auto, es bonito, mencionó que es su segunda dueña, ella es más joven que yo dos años, después de dejar los papeles en su auto, nos despedimos.
Yo no tengo que traer el auto, mi casa no queda muy lejos caminado serán como 30 minutos pero parece más rápido, aparte me dará más tiempo de pensar lo que paso con Sebastián anoche.

Este fin de semana fue todo un espectáculo.

Pasaron muchas cosas, en fin, supongo que estuvo bien que pasarán.

Llegando al edificio en el que vivo, vi el auto se Sebas y a él recargado.

Cruzó la calle.

Finjo que no lo veo y cuando me acerco a abrir la puerta pronuncia mi nombre.

- Sara...- algo a percibir que se pone de pie firmemente.

Me giro y lo miro, lleva una linda camisa azul y una caja rosa con un moño de tela negro.

- hola...- sonrió temerosa.

- ...te traje pastel- hizo una seña con la caja - y flores pero están adentro del carro- dejo la caja en el techo del auto y tomó un ramo bastante grande de rosas rosas, son bastante claras, pero muy lindas.

Me da las flores, las tomo, me acerco y lo beso en la mejilla izquierda.

- ¿quieres pasar?- digo dándome la vuelta y terminando de girar la perilla.

Él toma la caja y sube con migo, casi llegando a la puerta de mi departamento dice:

- perdón por lo que dije ayer- dice casi seco.

Llegamos a la puerta y abrí con dificultad.

Yo no le pediré disculpas, no tengo por que.

Entramos y después de cerrar la puerta fuimos a la cocina, saque las tijeras de un cajón, les quite el papel a las rosas y comencé a cortar en diagonal los tallos.

- ¿no vas a abrir el pastel?- se sienta en la barra.

- solo deja que termine con esto - seguí cortando.

Después terminar busco un florero y como no he encontrado pongo las flores en una jarra de vidrio que era de la casa de mi hermano y las pongo sobre la barra con mucha agua.

Cuando me doy cuenta Sebas ya a partido dos pedazos de pastel.

Me da el tenedor y dice.

- esta bueno- come.

me siento y comienzo a comer, y así permanecemos en silencio hasta que me llega un mensaje.

Norbert ☆: espero que tuvieras un buen inicio de semana, yo tuve que ir al hospital, me dio un dolor bastante fuerte 😵.

Me río un poco por el emoticon.

Yo: es un buen inicio, te deseo lo mismo.

No paso mucho para que Sebas preguntará.

- ¿con quien hablas? - trata de disimular su interés.

-un amigo- continuo comiendo pastel.

Mi celular suena de nuevo.

Norbert☆: casi muero y tu solo te preocupas por mi inicio de semana.

Puedo escuchar el drama a través del mensaje.

Yo: de que te estás muriendo Norbert? 😨 (sarcasmo)

Envío el mensaje y casi segundos después responde.

Norbert☆: cuando nos caímos ayer en tu departamento me lastime un ligamento y ahora tengo que usar rodillera, gracias por preocuparte 😐.

No pude evitar reír y cuando iba a contestar me dice Sebastián.

- ¿quieres más pastel?- me dice tratando de llamar mi atención.

- por favor- le doy mi plato - ¿quieres leche?- me acerco al refrigerador y saco el litro.

- por favor- dice con sencillez, así como es él cuando nadie lo ve.

Tome dos vasos de la alacena y puse la leche en estos.

-salud- dijimos los dos simultáneamente.

Después recordé el mensaje.

Yo: lamento que te lastimaras 😔.

Norbert☆: compensalo saliendo con migo el fin de semana, aclaró que la herida fue grave, el médico dijo que fue un milagro salvar la pierna.

Yo: solo saldré con tigo por que eres un superviviente.

No puedo evitar la risa un par de veces.

Norbert☆: te sorprendere, descansa.

Y así se terminaron los mensajes
Miro a Sebas mirándome con duda.

- un amigo- digo con una sonrisa y retirando el celular de mi.

Sebastián sabe quien es con quien hablo, pero no dice nada, solo finje no saber.

-¿más pastel?- le pregunto mientras busco su mirada.

-más pastel- sonríe de manera fingida.

Chrysina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora