Capítulo 45: Obligaciones

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Percibió el feroz calor aproximarse a él, arrodillado y derrotado, su cuerpo se tambaleó y erizó. Lo único que sobraba era contemplar ese rojo fuego acercarse casi en cámara lenta hacia él.

<<Bueno, fue un gusto compartir mi mente con ustedes, chicos>>

Pensó, pero ninguna voz le dio respuesta a aquello. Su expresión se afligió y sus ojos se pusieron llorosos. Moriría solo.

<<Ne no me vengas con esas mariconadas>>

<<Recuerda la promesa que le hiciste a Keyla, pendejo retrasado>>

<<Uste' todavía no se nos va pal otro barrio>>

Sin ser acción suya sus manos se encendieron en un fuego azul neón resplandeciente e involuntariamente levanto ambos puños, dándose a chocar con una fuerza indescriptible contra el fino pero firme puño de Marlene, aquella chica pelirroja a quien alguna vez tuvo el valor y el corazón para proteger como si de una hermana se tratase. Se había deformado en la fría dama quien estaba ahora frente a el rubio, ya no era más que mujer resentida y sin piedad alguna en sus ojos ... Aquel monstruo había surgido por culpa suya.

Marlene apretó los dientes cabreada y mientras que la mente de Alex divagaba entre sus más profundas culpas, ella soltó una mortal patada hacia su estómago.

Su cuerpo otra vez se movió sin su consentimiento y rodó hasta quedar al pie de un árbol para así poder tomar impulso y conseguir levantarse, el dolor dentro de su ser ardía incluso más que el mismísimo infierno.

<<¿Ahora sí te dignarás a hacer algo?>>

<<Reatziona>>

<<¡Recapacita, Justin, recapacita!>>

-Ailyn no hubiera querido esto, Marlene. -La chica de cabellos rojizos y mirada penetrante le dedicó una mirada sínica, y una carcajada llena de amargura emergió de su destrozado ser. Mientras tanto Alex hacía grandes esfuerzos por normalizar su respiración y mentalmente rogaba por que la pérdida de sangre no afectara en lo que estaría por hacer.

 Mientras tanto Alex hacía grandes esfuerzos por normalizar su respiración y mentalmente rogaba por que la pérdida de sangre no afectara en lo que estaría por hacer

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-Finalmente tienes razón en algo -declaró con odio-. Ella nunca deseó esto. -Abrió los puños, haciendo que el fuego se disipara y con paso firme se dirigió con lentitud hacia el tronco donde un moribundo y agotado Alex estaba apoyado-. Ella deseaba otra cosa entre tú y yo. -Cuando finalmente estuvo lo suficiente cerca despejó un juguetón mechón rojizo que caía sobre su sudorosa y sucia frente cubierta de ceniza-. No has pagado la gran deuda que le debes a este bosque. Al contrario, has permitido que los humanos entren a este territorio sagrado -comenzó a narrar melancólicamente-. La tregua que perduró durante varios siglos se ha roto -apuntó con autoridad hacia el demacrado psicópata-. Has destruido todo por lo que mamá lucho. -Pegó un fuerte puñetazo al tronco y suspiró frustrada-. Atente a las consecuencias -dedicó al final una sonrisa juguetona y encantadora y, con una velocidad que ni Alex pudo predecir, se encontraba ya frente a frente con él. Su respiración se detuvo y el miedo se apoderó de él.

Yo no soy tu príncipe [yuri/lesbico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora