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Narrador Omnisciente.

—¿Qué hacemos en el planeta Ándem? —preguntó Jimin.

—Todos los reinos están aquí y el Diablo parece quiere que va a atacar.

—¿Y qué tenemos que hacer?

—Yo tengo que darle una buena paliza para que deje de joder al reino y a mí.

Tanto el reino de los ángeles como el reino de los demonios se reunieron allí para vigilar de cerca la guerra entre el Diablo y Yoongi que iba a suceder en cualquier momento. Estos reinos están allí para intervenir la guerra si se sale de control, también, si el Diablo es derrotado, inmediatamente tiene que ser encarcelado por unos de los reyes, ya que sólo reyes o reinas de cualquier reino tiene la autorización de eso.

El reino angelical llamó a Jimin para explicarle todo lo que pasaré y que no se alarme, sin antes de darle un beso a Yoongi. 

El Diablo dio inicio la batalla trasformándose en su verdadera forma de demonio y golpeó a Yoongi haciéndolo volar y chocar contra un árbol.

—¡Yoongi! —corrió Jimin hacia él— ¿Estás bien?

—Perfecto. Ese inútil tiene que aprender a golpear mejor. Esto se pone interesante.

Yoongi se levantó del suelo, como si no hubiese ocurrido nada y devolvió el golpe en su rostro. Jimin corrió hacia ellos, pero lo detuvo una mujer. Esa mujer era la supuesta esposa del Diablo, su fiel compañera.

—No, cariño. —habló la mujer— Los débiles no deben entrometerse en esto.

—No soy débil. —respondió Jimin alejándose de ella.

—Si, claro. —dijo sarcástica.

La mujer era una demonia súcubo. Su cabello era largo de color rojo, estaba semi-desnuda resaltando sus pechos y glúteos. Llevaba consigo un látigo largo y unos cuchillos sosteniendo sus cabellos, como si fuesen un prendedor.

—rodó sus ojos— ¿Acaso vas a impedirme que yo ponga fin a esta pelea?

—Mi honey-chan va a ganar. —dijo refiriéndose al Diablo— Yoongi no es tan fuerte que digamos.

—Yoongi si es fuerte.

—agarró su látigo y lo apuntó— Quiero probarte. —sonrió sádica— Seguro tu sangre es fresca.

—No tengo intenciones de pelear contigo.

—¡Pelea con ella, Jimin! —gritó Yoongi mientras luchaba con el Diablo— ¡Si quieres ser de ayuda pelea con ella y yo me ocupo del idiota del Diablo!

—¡Pero es mujer!

—¡No una mujer! ¡Es transexual!

—¿Qué cojones?

La ''mujer'' lanzó un cuchillo dirigido a Jimin, pero este lo esquivó haciendo que la cuchilla se clave en un árbol. Comenzó a lanzarle navajas y trataba de castigarle con su látigo, Jimin corrió por todo el bosquecillo.

—¡Ven a jugar conmigo, Jiminie! —dijo la mujer mientras lo corría.

No contestó y siguió corriendo. Tener que luchar con ella no está en sus planes.

—¡Vamos! ¡Quiero probar tu sangre! —relamió sus labios— Eres tan inocente.

—¡Entonces quédate con las ganas!—respondió.

—¿A sí? ¡Já!

Corrió más rápido acercándose un poco a Jimin. Revoleó el largo látigo, este se aceró a su cuello, como si fuera ella un vaquero que caza a una vaca. Rodeó con su látigo el cuello de Jimin, se acercó a este y lo miró. Jimin estaba poniéndose rojo por falta de aire, trató de sacarse el látigo que lo rodeaba, pero no tubo éxito.

—¿Porqué no pides socorro para que te deje respirar? Déjame oír tus súplicas para que deje.

—No.-dijo con un hilo de voz mientras rasguñaba el látigo.

—Por si no te diste cuanta soy muy sádica y te diré otra cosa más.Yo consigo lo que deseo. ¡Y ahora quiero escuchar tus gritos de dolor! —apretó mas el agarre del cuello.

Jimin se quedaba sin aire, a pesar de ser ángel seguía estando en su forma humana.

—Suéltame... ya.

—Quiero oír la sinfonía de tu sufrimiento. —sonrió.

demons and angels ; jm + ygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora