Capítulo nueve

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Dirk fue felizmente a trabajar, deseaba hablar con Sam.

Cuando llego se lo encontró casi dormido en su escritorio, no iba a decirle nada claramente, el solía hacer lo mismo y ahora se merecía un descanso, pero este despertó al oírlo.

-b-buenos días-su voz adormilada y cara cansada demostraban lo evidente, pero sin la causa. 

Sam estuvo cuidando a su pequeña hijita porque estuvo enferma, tenía fiebre, tos y dolores continuos al pecho, Sam lo quiere demasiado y cuando esta se siente mal el se queda con ella toda la noche sí no puede dormir el se queda leyendo un cuento para ella, conversando o jugando hasta que la logre hacer dormir bien. Su noche fue larguísima hasta las 4 de la mañana donde logro dormir dos horas y tuvo que ir a trabajar. 

-buenas, ¿estas demasiado cansado?-

-no, no, estoy bien, no te preocupes-

-se te nota que no has dormido, si deseas duerme en la sala de descanso-

-yo no haría eso-dijo ofendido. 

-Sam nadie te va a castigar, duerme, se nota no haz dormido y en serio eres grandioso trabajando, hoy déjame a mí y descansa-le revolvió el cabello.

Sam se sonrojo, era muy amable y realmente le gusto sus palabras y aún cuando no le gustaba que le revolvieran el cabello lo acepto- esta bien-

Fue a la sala de descanso y ahí en la de ellos estaba la terraza, era una hermosa vista de la ciudad, Sam se sentó en el sillón e intento dormir. 

Cayó ahí mismo a dormir en solo minutos, pudo soñar, aunque fue algo extraño, pero despertó ya cuando vio el atardecer, se limpio la comisura de los labios por aquella saliva que amenazaba con salir en sueños.

Se levanto atontado y preocupado, pero cayo al tropezarse con Dirk quien lo iba a despertar, era la hora de salida. 

-disculpa-dijo Sam mirando a Dirk adelante suyo- ¿estás bien?-

-si, no te preocupes-se sento en el suelo con Sam encima. 

-yo... lamento haber dormido toda la jornada, en serio te lo pagaré-

-¿eh? no, yo te lo permití, no tienes porque disculparte-

-pero estamos en horario laboral, no es correcto-dijo avergonzado sentandose y sintiendo el pecho de Dirk.

-tienes una manera de pagarmelo, hoy acompañame a cenar-dijo mirandolo tan cerca que podían sentir sus respiraciones aceleradas.

-¿por qué?-pregunto cansado.

-quiero estar junto a ti -

-no digas es cuando estas tan cerca-se quejo alejandose, pero Dirk lo tiro al suelo sonrojandolo fuertemente.

-¿te molesta?-

-ya quitate tonto-aquella palabra le dio más que ternura hacia quien iba-¡¿de que te ríes?-

-es que me parece adorable-dijo riendo más aún, Sam se intento alejar, pero Dirk se lanzo encima- ya perdona, no te enojes, ¿aceptas?-

-¿que cosa?-

-salir conmigo-malpenso esas palabras.

-...v-vale-susurro- supongo esta bien... ¡pero yo haré de cenar en tu casa! Es lo mínimo después que me dejaste dormir-

-como tú desees-

-... pero dejame llamar a mi pequeña, debo saber si esta bien-se alejo y tomo su celular.

Era una excusa, estaba asustado, estuvo demasiado cerca de Dirk por demasiado tiempo y aquella mirada era como la de Arthur, su corazón latía muy rápido.

Cuidando Al Maldito De Mi Jefe ♢Yaoi/Gay♢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora