Capítulo 7 - "No doblaría mi orgullo"

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Rubén quedó en un transe, no respondía, solo pensaba y se negaba
—No— respondió firme
— ¿No?
—No
— ¿Por qué no?—dije algo confundida, la situación ya me estaba afectando
—Ya te lo expliqué. No mientras tú me ames
—Ya no te amo— Bien, eso era mentira
—No lo digas ni de juego, porque si fuera así yo ahorita mismo me mato— Su tono me decía que él hablaba enserio
—Pero Rubén...
—Pero nada
—Bien, ¿Quiéres que vivamos así?; ¿Que seamos indiferentes?—el negó —Ya nada sería igual
—¡¿Por qué?! No me he quedado ciego ni tú menos válida
—Tú no lo miras así
—Yo lo miro como tú. También me afecta
—Eso. Eso es lo que no quiero, que te afecte— Rubén ya no respondió— Si me voy ahora contigo no será lo mismo
—Bien, no me importa— ¿Acaso solo estaba pensando en él? Mi mundo es él, su mundo es él. Todo gira en torno a él. Pero claro, siempre ha sido un egoísta
— ¿Disculpa?
—No me importa, sabes; aunque tú no me amaras yo no te dejaría— ¡Un aplauso para mi esposo, ahora también bipolar! Estaba confundida, estresada, más que nada alterada. Pero a ver, recapitulemos... Bien, no entiendo— Métete al auto—evidentemente la situación lo había molestado— ¡Que te metas!—Correcto. ¿Quién es él? No quería ponerme a llorar frente a él después de cómo me había gritado. Captamos la atención de las pocas personas que paseaban por ahí. Subí al auto, Rubén puso el seguro de infantes y nos dirigimos a su casa. ¡Oh perfecto! Se me había olvidado que Pathy salió de vacaciones con Jonathan. Los teníamos literalmente artos de las peleas y Daniel no se quedaría. Tenía que vivir con "él" de nuevo un tiempo. Esto era un asco. Un asco. Cuando el auto aparcó salí de este hacia mi habitación, Rubén venía atrás de mi. Corrí por las escaleras
—¡_______!—me gritaba, Rubén
—¡Lárgate!— Rubén me alcanzó y me tomó fuerte del brazo, así quedaba yo frente a él, no le dirigí la vista
—¿A dónde vas?—Se dignó a preguntar
—A ti que mierda te importa
—Cierto, no me importa—¿El qué?— Pero me dirás
—Me voy a donde quieras pero donde no te encuentres tú—rio sarcásticamente
—No ando de bromas
—Y yo no ando de buenas—Iba a continuar mi camino pero él me tenía sujeta— Suéltame
—No. ¿A dónde iras?
—A tomar un baño. ¿Bien?—Falso. En cuanto su agarre perdió fuerza salí corriendo hacia la habitación y cerré con llave. ¿Irme? No podía. Me tratara así o no, lo amaba. Me eché a llorar, en mi mente recalcaba las palabras que le había dicho, pero el que yo no le importaba me destruyó.
No salí hasta la mañana, Rubén no estaba. Tomé el desayuno, hasta la noche que él no volvió. No lo vi hasta el día siguiente, por cierto me ignoró.
Pero esta vez no. Esta vez no doblaría mi orgullo. Si quería jugar, que sea de dos. Pasó una semana, semana y media. Estaba preparando el desayuno y abrió su boca solo para que deseara que la hubiera mantenido cerrada
— ¿Qué hiciste de desayunar?—dije un "Ja!" sarcástico y lo ignoré olímpicamente— ¿No te seguirás comportando como bebé o sí?—seguí sin responder, solo me retiré de la cocina para ir al living, el venía tras de mí— Bien, tú no entiendes por las buenas— ¿Quién se creía el? Me senté en el sofá y prendí el televisor— Será por las malas—me dijo sensualmente en mi oído, mordió el lóbulo de este y luego atacó mis labios. Lo alejé y me salí furiosa de ahí. Estaba más que eso, quería enterrarlo vivo. Todavía se cree con el derecho el muy idiota. Me tomó de la cintura
—Uhm...—olió mi cuello, sentí un escalofrió recorrerme— cereza... Vainilla...—olió otra vez pero ahora más cerca— Vainilla—dijo sin dudarlo
—Doblas, largo—dije con la poca paciencia que me quedaba
—No quiero—todo lo que me decía ahora lo sentía frío
— ¡Basta!—dije cuando empezó a besarme. Lo separé
—No quiero—dijo más firme y apretándome contra él
—¡Rubén Doblas!—me soltó de una manera muy brusca, que casi pierdo el equilibrio
—¿Qué acaso no sabes?—no, no se— Estás aquí para complacerme—Perfecto, ahora era un loco
Reí sarcásticamente
—¿El qué?—pregunté irónica, esto me lo tomaba a chiste
—Si, "hermosa"—remarcó las comillas y yo giré mis ojos— Tú estas aquí para obedecerme—lo decía muy en serio
—Espera, Doblas
—Y si no te gusta, lástima. Sufrirás las consecuencias
—Valla, Doblas—arqueó una ceja
—Aunque para ti, más que castigo sería un premio—me carcajeé sonoramente
—Tendrán que llevarte al manicomio
—Como sea. Aquí el que ordena soy yo—su tono me daba miedo. Lo escuchaba cuando "platicaba" con Daniel. Pero en mi, cada palabra dolía— Y bien "cariño". Mi desayuno—lo fulminé con la mirada, podía ser egoísta y muy orgullosa; pero aún así temía que me podía hacer este "Rubén". Me dirigí a la cocina. Preparé huevos revueltos, como tenía cerca el picante se lo eché, mucho. Era mi venganza infantil. Se los llevé a la mesa, me retiré. Ni un "Gracias" me dijo... Él terminó de comer, yo no lo vi sufrir; recogió sus cosas y se acercó a mi
—Rico, amor; pero a la otra no le pongas tanto picante. Me puede hacer mal—maldito
— ¿Mucho?
—No creo, pero hazlo de nuevo y veamos cómo te va a ti—me guiñó un ojo  

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Por alguna razón siento que este capítulo quedó un poco confuso *~* pero buaaaanoo. Espero que le haya gustado; nos leemos la próxima semana.

Twitter: @ stephania_arias
Ig: El_Rubiu5_Wtf_

¿Felices Por Siempre? (2da. Temp. "El Niñero《Rubius Y Tú》) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora