Capítulo 29

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Mateo

Lleve a Alexia al pueblo y estábamos viendo todas las tiendas, luego fuimos a comer un helado y cuando estábamos por venirnos me encuentro con Daniel quien iba caminando por el pueblo.

Daniel: ¿Mateo? – Dijo sorprendido

Mateo: Daniel que gusto volverte a ver

Daniel: Igual – Dijo sonriendo

Mateo: Te presento a Alexia, mi novia

Daniel: Mucho gusto bella dama Daniel Álvarez – Dijo dándole la mano

Alexia: Alexia Palacios

Daniel: Tienes una novia muy linda Mateo ¿Es la misma que me comentaste la otra vez?

Mateo: Si

Daniel: Que bueno que se arreglaron – Dijo sonriendo

Mateo: ¿Y tu trabajo? ¿Cómo vas?

Daniel: Creo que me confundiste con un mesero

Mateo: ¿No lo eres?

Daniel: Soy el dueño, además soy tu vecino

Mateo: ¿Mi vecino?

Daniel: Si, soy el dueño del Rancho de al lado

Mateo: Que bien y si eres el dueño ¿Por qué me atendiste esa vez?

Daniel: Te vi triste muchacho, quería aconsejarte y que fuéramos amigos

Mateo: Ya veo, tenlo por seguro que lo seremos

Daniel: Un gusto verlos, me tengo que ir

Mateo: Adiós, nos vemos luego – Se va

Alexia: ¿Cómo es eso de que estabas triste?

Mateo: Eso fue cuando me ignoraste

Alexia: Lo siento

Mateo: No, eso ya es pasado. Lo importante es que ya estamos juntos – La beso – ¿Nos vamos?

Alexia: Si, vámonos – Me abraza

Nos fuimos al Rancho y cada uno se fue por su lado. Ella se fue a la casa y yo a la cabaña, me moría por quedarme con ella pero no era correcto

Días después

Alexia

Como una espada para defender la patria: un corazón para defender tu amor. Medio corazón en tu pecho, medio corazón en mi pecho, y un solo corazón para los dos; a la cumbre de la torre los amantes serán citados por la muerte; pero sólo la luz y el resplandor de un corazón completo convertirá la fatalidad en amor eterno.

Cada vez ese hombre se asemejaba más a Mateo, en estos días ese hombre de mis sueños se me parece a Mateo. No se lo he dicho porque se puede burlar de mí, él no es esa alma. Ya hoy empezaban con la cabaña, empezarían primero con demolerla y luego ya con la reconstrucción.

Mateo: Hola Mi Ángel – Dice entrando a mi oficina

Alexia: Hola mi cielo – Lo beso con todo mi amor – Te extrañé

Mateo: Y yo a ti

Alexia: ¿Vas a ir a la cabaña?

Mateo: ¡No! Allí estará Monserrat ¿Y tú vas a ir?

Alexia: Prefiero quedarme contigo – Lo beso

Mateo: Me parece perfecto, quedémonos aquí – Dijo besándome con pasión

Mi otra mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora