Capítulo 28

473 47 10
                                    

Mateo: Una pregunta él y Monserrat ¿Tienen, tuvieron o van a tener algo?

Alexia: Luego te cuento, no es el momento

Mateo: Está bien ¿Entonces llegamos juntos?

Alexia: Si pero creo que es mejor que nadie sepa todavía lo nuestro por lo menos hasta que pase un tiempo

Mateo: ¿Un tiempo? Eso a mí no me importa, ya Sofía, Mara y Arturo saben lo nuestro. No tenemos por qué escondernos

Alexia: Pero Monserrat no sabe, mi cielo por favor solo será por unos días

Mateo: Solo con una condición

Alexia: ¿Cuál?

Mateo: No me ignores

Alexia: Eso jamás – Me besa – Ya aprendí la lección

Mateo: Así me gusta señorita Palacios

Alexia: Me alegra Señor Sánchez

Mateo: Ahora si vámonos Mi Ángel

Alexia

Llegamos al rancho por separado, primero llegué yo y me encontré con Arturo, Sofía y Mara quienes me miraban muy sonrientes. Me abaje de caballo y los saludé a cada uno con un beso en la mejilla.

Sofía: ¿Dónde andabas Alexia? – Dijo divertida

Alexia: Por allí – Dije nerviosa

Mara: Vamos a tu oficina tenemos que mostrarte algo – Dijo disimulando

Sofía: Vamos – Dijo y luego le dio un beso a Arturo

Alexia: Está bien, nos vemos luego Arturo – Dije yéndome con ellas y al llegar a la oficina me bombardearon con preguntas

Mara: Ahora si, suelta la sopa, saliste con Ryan y no llegaste con él

Alexia: Termine mi relación con Ryan – Dije nerviosa

Mara: ¿Qué?

Sofía: Por fin tuviste el valor – Dijo sonriendo

Mara: ¿Cómo lo tomó?

Alexia: Bien, me dejo libre y me dijo que fuera feliz con Mateo

Mara: Que bueno, es excelente pero espera ¿Ya sabe lo de Mateo?

Alexia: Si

Sofía: ¿Y no se enojó?

Alexia: ¡No! Me dijo que ahora entiende por qué dejo a Monserrat

Mara: Esto está como raro, no se enojó y te desea felicidad ¿Dónde quedó el amor que te tiene?

Alexia: Les voy a contar algo pero no se lo digan a nadie

Mara: Somos tumbas

Mateo

Llegue al rancho mucho tiempo después de Alexia, al llegar me fui a cambiar y me fui con los trabajadores para ayudarles. Cuando llegué estaban dialogando de como harían sus labores, si terminaban el rancho y luego iban por la cabaña o si se dividían en dos, para terminar más rápido.

Pablo: ¿Qué opina usted Señor Mateo?

Mateo: En primer lugar no me llame Señor dime Mateo y eso va para todos

Pablo: Está bien Mateo

Mateo: En mi opinión, apoyo la idea de Pablo de dividirnos para así terminar más rápido

Mi otra mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora