Capítulo 45

377 47 2
                                    

Jerónimo: ¡Enhorabuena! No pudiste escoger uno mejor Alexia – Dice sonriendo – Ahora cuéntennos ¿Para cuándo es la boda? – Dice sonriendo

Alexia: Papá – Susurró

Jerónimo: Hija ¿Acaso no entiendes que el destino los está juntando de nuevo? No puedes desaprovechar la oportunidad para casarse, desde pequeños los veíamos como pareja

Alexia: Pero apenas llevamos dos meses de relación

Mateo: No se preocupe que la boda si va a suceder Sr. Solo que primero tengo que proponérselo a Alexia y luego a ustedes. Un poco más formal

Jerónimo: Nada de Sr. Dime Jerónimo ¿Eres mi yerno?

Mateo: Está bien Jerónimo

Jerónimo: No se diga más, vamos a cenar

Mateo: Tome esto es para usted

Jerónimo: Este vino es excelente, tienes buen gusto. Vamos, pasemos

Alexia: Si, siéntense mientras mi mamá y yo servimos la cena – Se van

Jerónimo: Bueno ¿Y para cuando es la boda?

Mateo: Lo más pronto Jerónimo, lo que pasa es que quiero darle la sorpresa a Alexia

Jerónimo: Discúlpame por ser tan imprudente

Mateo: No se preocupe, tengo todo bajo control

Jerónimo: ¿Y cómo le pedirás matrimonio?

Mateo: Me dieron una idea un poco dramática

Jerónimo: Al fin, alguien que no haga la misma rutina, cuéntame

Mateo: El plan es...

Alexia

Me sentí un poco incomoda y feliz a la vez, por una parte feliz porque mis padres aceptaban nuestra relación con mucho gusto, incluyendo a mi padre y por otro por las preguntas que le hacía a Mateo, ya que no tenemos planes de boda y no se si Mateo tenga esos planes por ahora.

Soledad: ¿En qué tanto piensas hija? – Dice pasándome los platos

Alexia: En que Mateo va a salir huyendo de aquí

Soledad: ¿Por qué? Se ve muy a gusto

Alexia: Es todavía no tenemos planes de boda y mi papá salió con eso

Soledad: Tranquila, él sabe lo que hace

Alexia: Eso espero – Digo nerviosa

Soledad: Tranquila, vamos a cenar ¿Si?

Alexia: Si, vamos

Salimos con la cena y la servimos mientras Mateo me miraba con admiración, al igual que mi padre a mi madre. Me siento al lado de Mateo, agarro su mano por debajo de la mesa y comenzamos a cenar, veía a Mateo muy a gusto con su comida, al igual que mi padre.

Mateo: Esto está delicioso

Soledad: Lo hizo Alexia

Jerónimo: Sabía, esta sazón tenía que ser tuya

Alexia: Mi madre me ayudo

Soledad: Pero no en mucho, lo hiciste tú sola

Mateo: Que rico Mi Ángel

Jerónimo: ¿Por qué le dices Mi Ángel? – Pregunta mi padre curioso

Alexia: Porque Mateo es el joven que yo atropelle hace tiempo

Mi otra mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora