Banshee ▷ Ron Weasley

Capítulo 17

Capítulo 17: Divination and Umbridge.

EL MINISTERIO EMPRENDE LA REFORMA EDUCATIVA Y NOMBRA A DOLORES UMBRIDGE PRIMERA SUMA INQUISIDORA.

—¿Pero que mier... —Hermione le cubrió la boca a su amiga que estaba por decir una palabrota al leer aquel nombre que se encontraba en El Profeta.

—¿La profesora Umbridge «Suma Inquisidora»? —repitió Harry, desconcertado. La tostada que estaba comiendo se le cayó de los dedos—. ¿Qué significa eso?

Demetria le entregó el diario a Harry y a Ron que estaban sentados al otro lado de la mesa para que lo leyeran en silencio. 

—¡Ahora ya sabemos por qué nos han puesto a esa Umbridge! —exclamó Ron.

—¡Fudge aprobó el Decreto de Enseñanza y nos la ha impuesto! ¡Y ahora va y le da poderes para supervisar a los otros profesores! —Hermione respiraba muy deprisa y le brillaban los ojos—. No puedo creerlo. ¡Es un escándalo!

—Tranquilizate, Hermione —Demetria colocó su mano en el hombro de su amiga—. Haz como te enseñé. Inhala, exhala, inhala, exhala.

Hermione fulminó a Demetria con la mirada, pero después respiró profundamente calmándose.

—¿Que les toca ahora? —Preguntó la castaña una vez calmada.

—Adivinación —bufó el pelirrojo.

—Vamos no es tan mala —dijo la rubia.

—Suerte que me retiré de la clase en tercero —contestó Hermione y soltó un suspiro—. Bueno, nos vemos luego, chicos.

Harry y Ron se sentaron juntos dejando a Demetria con una chica cual no recordaba su nombre. Estaba con el diario de sueños sobre la mesa y su mejilla sobre su mano esperando a que la clase comenzara. Cuando vio a Umbridge asomarse por la tramprilla, cogió un sorbete que tenía en la mochila, un trocito de pergamino haciéndolo bolita y metiéndole en el sorbete. 

Le apuntó a Ron y le escupió el pedazo de pergamino que tenía en el sorbete dandole en la nuca. Sonrió satisfecha. 

—Umbridge —formuló con sus labios sin hacer ruido alguno.

Ron la observó extrañado sin saber lo que quería decir, Demetra rodó los ojos y apuntó a Umbridge con la cabeza para que su amigo se diera cuenta quien estaba con ellos.

—Ohh —susurró el pelirrojo y le dio un golpe a Harry en las costillas para que viera al sapo rosa.

La clase, que hasta entonces hablaba alegremente, guardó silencio de inmediato. El brusco descenso del ruido hizo que la profesora Trelawney, que se paseaba repartiendo copias de El oráculo de los sueños, se volviera para ver qué sucedía.

—Buenas tardes, profesora Trelawney —saludó la profesora Umbridge sonriendo ampliamente—. Espero que haya recibido mi nota en la que le indicaba la fecha y la hora en que la supervisaría.

La profesora Trelawney asintió con sequedad y, muy contrariada, le dio la espalda a la profesora Umbridge y siguió repartiendo los libros. Sin dejar de sonreír, la profesora Umbridge cogió el respaldo de la butaca que había más cerca y la arrastró hasta la parte delantera de la clase para colocarla unos centímetros por detrás de la profesora Trelawney. Entonces se sentó, sacó las hojas de pergamino de su floreado bolso y se quedó mirando expectante a su colega esperando que comenzara la clase.

Demetria estaba totalmente segura que esto iba a ser un verdadero escándalo.

La profesora Trelawney se ciñó los chales con manos ligeramente temblorosas y miró a sus alumnos a través de sus gafas de cristales de aumento.