“Espero que las rosas por lo menos formularan una sonrisa en tus labios, solo ese era su propósito. Quiero pedirte perdón por las veces que te hice sufrir o te lastime, jamás imagine que pudieras entrar tan adentro en mi vida y sería un estúpido si me permitiera seguir lastimándote. No pediré perdón por haberme ido ni te diré que me arrepiento, era lo mejor para ti. Josefina, eres lo más especial que alguna vez pude tener, gracias por haber aparecido en mi mundo y perdón por aparecer en el tuyo, entendí que ya no me quieres ahí y me marchare para no molestarte nunca más, solo deseo que seas inmensamente feliz y la persona que decidas este a tu lado aproveche cada una de aquellas sonrisas de paz que entregas. Te quiero y creo que lo hare por siempre…
Adiós, Cristián”
Jamás le envié un email a Cris por aquel ramo de rosas y un mes tarde en leer la nota que estas traían, un mes negándome a mi misma que a pesar del tiempo aun mi cuerpo reaccionaba al verlo, aún mi corazón palpitaba desbocado solo de pensar en él… no sé si el merecía un minuto de mi tiempo, pero mi corazón merecía un minuto para escucharlo.
-hermana, ¿aun sales con Exequiel?- pregunte
-no ¿por?- sonrió con malicia
-no me mires así, necesito saber de Cristian-
-no salgo con él, pero tengo el número de Cristian puedo dártelo si quieres-
Sonreí- me lo sé de memoria, es solo que no me responde, me dice que esta fuera del área de servicio- baje mi mirada temiendo que fuera tarde
-llamare a Exequiel, dame unos minutos- camino por su teléfono. Pasó el tiempo sin una respuesta, y lo peor fue ver su mirada, algo no estaba bien- José, Cristian se iba hoy de la ciudad, su vuelo sale en una hora-
Estuve unos segundos en shock, hasta que mi cerebro comenzó a pensar otra vez. Corrí por las llaves de mi carro, mi bolso y salí tan rápido como me fue posible al aeropuerto, ahora, al verlo perdido necesitaba aquella explicación. Mi hermana me envió los datos del vuelo en un mensaje y corrí por él como nunca lo había hecho, aún cuando el dolor en mi vientre se hiciera más punzante cada segundo, no debía irse…no otra vez.
-buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?- pregunto con su perfecta sonrisa una de las recepcionistas
-necesito información del vuelo BA2491A con destino a Barcelona- le grite
-señorita tranquila, deme un minuto- rápidamente tecleo un su computadora- el vuelo sale desde la puerta de embarque numero 26 servicio internacional, pero ya está lista para salida, creo que has perdido el vuelo- me miro con pesimismo
-eso no puede ser- corrí otra vez intentando pensar que no era posible, él no podía irse de nuevo- esto es mi culpa- susurraba mientas corría buscando
-lamento informarle que ha perdido el vuelo, puede contactar con servicios comerciales e intentar cambiarlo- me dijo intentando calmarme la asistente de embarque
-gracias- dije mientas una lagrima caía por mi mejilla
Camine a los ventanales donde las personas despedían a lo lejos a sus seres queridos, mientras miraban a un avión volar lejos con sueños, tristezas, alegrías y miedos… Miraba como se iba en esa gigantesca estructura de lata la única persona que quizás podría hacerme feliz… con mi mano en aquellos gigantescos ventanales lo único que mis labios fueron capaces de susurrar… - adiós Cristian-
No tenía ánimos de volver a casa o de estar con nadie, ahora me daba cuenta después de tantos días que él me pidió un minuto, después de un mes de espera para leer aquellas palabras, recién hoy lo entendía… Mi orgullo no me había dejado sentir a mi corazón y ahora ya no lo tenía, lo había perdido para siempre. Conduje mi carro a aquel mirador donde nos besamos por primera vez, hace meses que había decidido no regresar pero hoy necesitaba sentirlo cerca… Estacione mi carro bajo un gran árbol para que aquel sol no me tocara, incluso aquella luz en este minuto me era irresistible, baje y me senté como aquella primera vez sobre el capot del carro, la única gran diferencia es que ahora lloraba porque él ya no estaba aquí besándome o acariciando mi cabello… Cristian se había ido otra vez y ahora por mi culpa.
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Siempre Tuyo, Siempre Mia, Siempre Nuestros
Novela JuvenilA veces la soledad , el miedo , la tristeza y el dolor te llevan a tomar malas decisiones, pero de vez en cuando son aquellas mismas malas acciones las que te hacen conocer la felicidad en su plenitud y aunque el destino se burle endulzando tu vida...