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Volviendo a casa, la que comenzó a hablar fue María.

– ¿Cuándo me vas a dejar tranquila? –María llegó a la puerta justo cuando las primeras gotas de lluvia empezaban a caer. Colocó la llave y comenzó a girarla.

– ¿Perdón?

– Lo que escuchás: te estoy preguntando cuándo me vas a dejar de joder...o acaso no ves que me hacés quedar como una loca. Y encima en el laburo...

María entró a la casa, cerró la puerta y echó llave. Con los pies pesados, caminó hacia la mesa de la cocina y dejó la mochila. Permaneció de pie unos segundos, y se dirigió al sillón que todas las tardes la esperaba para desplomarse del cansancio. Ese día, era un cansancio especial.

–No te hago "quedar" como una loca...

– ¿Ah, no? –respondió María con tono irónico.

–No, vos ESTÁS loca.


¿Con quién hablas?Where stories live. Discover now