Angélica

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Despierto después de un buen rato, quizá es medio día.  Veo mi brazo derecho,  más jeringas,  a mi lado está ese aparato que las sostiene, de momento quiero llorar pero no puedo.
A un costado de mi cama está el cuaderno y la pluma,  lo quiero alcanzar ¡rayos!  Estirarme,  moverme es un dolor ¡tremendo!
Con todo eso, lo alcanzo y comienzo a escribir,  lo que siento justo ahora y lo que significa todo esto,  para mí; pero hace que me sienta bien.

"Entre Memorias"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora