LOLLIPOP

12

-¿Te apetece salir esta noche?

Cassidy y yo estamos tumbadas en el sofá como las dos buenas vagas que somos.

-No me apetece salir esta noche de fiesta, Cass. Y mucho menos cuidar de tí borracha. Llegas a ser muy pesada, ¿sabes?

-Porfiiiiiiii-pone un puchero-que es la última noche que voy a pasar en tu casa... Y prometo no tomar mucho.

-Pero es que no me apetece...

-Porfiiiiiiiiiiis...-pone un puchero más grande mientras parpadea rápidamente. Odio que ponga su cara de cachorrito. Siempre accedo a lo que me pide.

Blandengue...

Ya ves.

-Está bieen... iremos. Pero no me pienso poner un vestido provocativo de esos tuyos. Y tú tampoco te lo pondrás.

-Jo. Si tampoco enseñan tanto...

-Nooo... si hasta un bañador tapa más que eso.

-Lo que tu digas. Pero que sepas que así no se puede ligar en condiciones.

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-Hija, ¿por qué no nos llamas? ¿Es que ya no tienes tiempo de hablar con tu pobre familia? ¿Ya no te interesamos? Podrías llamar más a menudo, que nos tienes abandonados. Ni siquiera llamas a preguntar por el perro.

-Mamá, ya. Entiendo que quieras hablar conmigo todos los días pero estoy con Cassidy y hago más cosas. Además. Hablamos hace dos días. Durante una hora. Y eso sólo lo que hable contigo. Que si ya contamos lo que hablé con toda la familia... Normal que luego salga cara la factura de teléfono.

-Pero no es suficiente. Te echo de menos cariño.

-ECHAMOS-oigo decir a mis hermanos.

-Eso, echamos. Y dale recuerdos a Cassidy, cielo.

-Gracias, señora Collins. Recuerdos de mi parte también-grita Cassidy desde la cocina.

Pongo los ojos en blanco. La próxima vez hablaremos todos por Skype. Porque a este paso...

-¿Qué tal está Pluto, mamá?

-Bien, hija, bien. Tus hermanos lo malcrian, pero por lo demás bien.

-¿Y que tal vosotros?

-Bien también. Tu padre dice que se nota el que no estés trabajando con ellos.

-Dile que yo también echo de menos hacer fotos.

Echo muchísimo de menos hacer fotos. Sobre todo al cielo nocturno. Porque aquí en la ciudad es un poco complicado con la contaminación lumínica.

-Tengo que colgar, mamá. Cass me va a arrastrar a una fiesta.

-Que bien, cariño. No ligueis mucho. Y envíame fotos de chicos guapos.

-¡MAMÁ!

-Está bien, está bien. Ya paro. Que os vaya bien, cielo. Te quiero.

-Gracias mamá, yo también te quiero. Diles a los demás que los quiero.

Cuelgo.

-Vamos allá. Es hora de prepararnos.

Cass salta del taburete en el que estaba sentada y se dirige ha mi habitación.

Supongo que ha ponerlo todo patas arriba, como siempre.

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Estamos a punto de entrar a una discoteca.