No caeré ante ti [SOURIN]

¿Que tan difícil puede ser?

¡Hola! Les presentó mi nueva «No caeré ante ti» espero sea de su agrado.

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De por si las estaciones policiales son un caos ¿Que se puede decir de una que esta en el centro de la ciudad de Las Vegas?

En medio de ese ajetreo Sousuke Yamazaki intentaba recuperarse de una larga noche de trabajo atrapando hijos de putas que deberían estar estudiando o por lo menos teniendo un trabajo digno y no dándole preocupaciones a sus pobres madres, según él, más de una vez las madres de esos delincuentes juveniles se habían puesto de rodillas ante Sousuke pidiendo misericordia por sus hijos.

En algún momento esas lamentables escenas dejaron de afectarle, además de que esas basuras de la sociedad no tenían piedad con sus víctimas, bien sea que estuvieran empujando adolescentes al mal camino de las drogas o arrebatándoles la inocencia forzándolos a tener relaciones sexuales, o cualquier actividad ilícita que fuera penada por la ley.

El hombre de los cabellos oscuros y ojos cían reposaba su cabeza encima de su escritorio repleto de papeles sin ordenar, sus cabellos estaban revueltos y su traje estaba vuelto un desastre.

—Sousuke— le llamó otro oficial entrando a la pequeña oficina, un hombre de cabello castaño y ojos verdes como esmeraldas, vestido con unos vaqueros, un suéter tipo polo de color verde, y unos zapatos deportivos, su placa colgaba de su cuello.

Era un hombre alto y musculoso, de no ser por la amable sonrisa que adornaba su perfilado rostro, podría intimidar a cualquiera con su mera presencia, traía en sus manos dos cafés negros de Starbucks y una bolsa con unos sándwich caseros.

—Sousuke — Lo zarandeó Makoto Tachibana, su amigo de muchos años, se habían conocido en la academia policial— ¡Despierta, Sousuke!

—¿Quieres dejar de joder?— se quejo con su sensual y somnolienta voz el moreno.

—No seas tan grosero, Sousuke — le regañó su viejo amigo — Anda te traje café.

Sousuke se reincorporó del escritorio tallando sus ojos, su cabello visto desde esa perspectiva era aun peor, era como un nido de pájaros.

—Ten— Makoto le entregó el café, el cual aceptó gustoso, el castaño aprovecho para revolver el cabello de Sousuke e intentar arreglar ese desastre.

—Gracias, Makoto— agradeció Sousuke quitando la tapa del café dejando que su embriagador aroma entrara por sus fosas nasales despertando sus, hace un momento, dormidos sentidos.

—Te he dicho que vayas a descansar en casa— lo riñó el castaño tendiéndole un sándwich — Se que amas tu trabajo, Sousuke. Pero no puedes continuar con este estilo de vida tan desordenado.

El ojician comenzó a devorar su sándwich ignorado lo dicho por Makoto, esa conversación la tenían por lo menos dos veces a la semana, ya era demasiado aburrido para el moreno.

—No es bueno, podrías caer enfermo por exceso de trabajo — continuó Makoto —Ya deberías irte buscando una esposa, que te atienda al llegar a casa. Hay muchas chicas en la zona interesadas en ti, incluso algunas oficiales, no te sera muy difícil conseguirla.

Sousuke acabó con lo que quedaba de su sándwich, y clavo su fría mirada en su amigo.

Sousuke quería mucho a Makoto, se ha vuelto como su hermano pero a veces era jodidamente molesto.