ALI

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El miércoles en la mañana, cuando entraba al salón, lo primero que vi fue a él, en su habitual asiento, con dos vasos de café en su mesa. Me miró y palmeó la silla a su lado, invitándome a sentarme.
Me odié a mi misma por obedecerlo. ¿Qué estaba haciendo? Tenia que alejarme pronto, antes de que fuera demasiado tarde.
-El café de ayer, fue para pagarte. No tenías que com..
-No hay problema -dijo, guiñándome un ojo, como si compartiéramos una broma secreta.
Dejé de mirarlo y le di un sorbo a mi café.
-Soy Alex.
Volteé a verlo y asentí con la cabeza.
-Felicidades.
Extendió su mano y la estrechó con la mía, saludándome.
-Este es el momento en el que tú dices tu nombre.
Lo solté, ignorando el suave cosquilleo que apareció de nuevo ante su contacto. ¿De qué diablos estaban echas sus manos?
-Alisson.
-Es un placer, Ali.
-¿Quién te dijo que podías llamarme así?
-Ya compartimos muchos cafés, supongo que ya hay confianza..Ali.
Chocó su hombro contra el mío, delicadamente, como si estuviéramos jugando.
Esto no debería estar pasando -pensé.

¿Cómo sanar un corazón si no está roto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora