Aquí estaba de nuevo, parada frente a un chico. Uno que quizás no encontraría de nuevo nunca. Un chico que iba a la biblioteca, estudiaba y era muy guapo. ¿Cómo iba a decirle a esos ojos color miel, que era una chica rota y que jamas podría llegar a quererlos?
Porque realmente tenía unos ojos hermosos.
-No estoy interesada en salir con nadie.
-¿Por los estudios? -se metió las manos en los bolsillos del pantalón y los músculos de sus brazos se marcaron. ¿Cómo se sentiría un abrazo de él?
Negué con la cabeza. -No, no es la escuela. Yo simplemente no quiero salir con nadie, ni ahora ni nunca.
Levantó una ceja, sorprendido.
-No comprendo.
-Te dije que era complicado. No me refiero a que no me gusten los chicos, o que no tenga tiempo. Por favor no te burles de mí, pero voy a ser sincera contigo: yo simplemente no puedo...ya sabes, amar a la gente. No puedo querer y no tiene caso estar con alguien a quien no quiera. No es justo. Es por eso que prefiero mantenerme lejos de las personas.
-¿Te da miedo enamorarte? -preguntó.
-No Alex, me da miedo que alguien se enamore de mí, porque yo no puedo dar nada a cambio.
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¿Cómo sanar un corazón si no está roto?
Teen FictionEl primer año en la Universidad no es el más difícil una vez que estás dentro. Los problemas vienen después: Conocer gente nueva, montones de tarea, muchas primera veces, sueños destruidos y corazones rotos. Eso, claro, para la gente común y corrien...