[5]"Gracias"

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Todas las tiendas están a solo el 10% en las prendas de invierno ¡Sí!, ven y compra en las tiendas Esmerald, ¡Una gran oferta para tu monedero! .Anunció el televisor. Sonic, no mostro interés alguno, solo tomó el control remoto e inmediatamente cambio de canal.

Esa misma tarde había algunos pendientes que debe atender, sin embargo el holgazán erizo decidió dejar todo para el día siguiente. Ya hace unas horas, había sentido el dolor en su pecho, aun tenia las marcas de recientes lágrimas, aun sentía ese punzante malestar en su corazón, aun sentía sus heridas sangrar...se sentía fatal. No podía evitar recordar a su padre, madre, e incluso su molesto padrastro, ya había olvidado la sonrisa de su hermosa madre, la valentía de su padre, y la presencia del padrastro, pero aquellas palabras hicieron que todo en el volviera a ser oscuro.

De pronto, sonó su móvil. Él miro el número, al contemplar que era un número desconocido descolgó la llamada, a los 2 minutos volvió a sonar. Este muy extrañado, decidió que a la siguiente vez que marcara, contestaría. Y efectivamente, esta vez había tardado, por ello se había puesto a pensar que solo era un número equivocado.

-¿Hola?-preguntó.

Una voz muy apenada respondió su saludo. Él quedo perplejo ante la voz, no sabía cómo había conseguido su número, pero en algo estaba seguro; sabía que no lo dejaría en paz hasta aceptar sus disculpas.

-Escucha, si en verdad quieres disculparte...dímelo a cara ¡No por línea telefónica! –gritó.

Ella solo expresaba excusas absurdas, "Está lloviendo" decía, pero al ver la ventana; seca como el desierto, "Mi gato está en la puerta, y no puedo salir" y unas más tontas que otras.

-suspiro-Mejor iré a tu casa...suenas algo enferma, además con esas excusas escucho que tienes fiebre-Rió tratando de calmar la respiración agitada de su compañera.

A pesar de que lo había herido, el no mantenía algún remordimiento por ella, ni odio, ya que mientras platicaba con ella se dio cuenta de su pasado...

Una chica frágil, como el deslumbrante cristal de su ventana, había cometido varios errores mientras vivía con su difunta madre. Sus errores pagaron con su peor temor, la muerte de la mujer quien la había criado con buenos valores, amor, ¡Con todo! menos odio. Ella cada día se deploraba brutalmente de su pasado, anhelaba corregirlo, Lastimosamente eso era imposible, por ello decidió estudiar con esfuerzo administración, centrándose en el mundo de los números en vez de la realidad. Esos años para ella, era lo mejor, sin embargo al paso de los años, olvido que era el amor y como todo ser viviente cometió su segundo error...permitió una infidelidad, ella sabía, pero no quería dejarlo, no quería estar sin él.

-Debe ser duro-pensó, mientras caminaba hacia la habitación de Amy.

Al llegar toco suavemente la puerta. Espero 5 minutos y nadie vino. No se quedaría con los brazos cruzados. Acerco lentamente su odio hacia la perilla dorada de esta, no escuchaba nada ni el eco de sus golpes. ¿Será que ya se ha dormido? se preguntó. No obstante, corrió lo más rápido posible hacia la recepción donde se hallaba el portero limpiando la superficie de madera.

-¿Me podría dar la llave de la habitación...2-09?-El recién mencionado miró extrañado al erizo.

-Lo siento chico, pero si quieres hacerle esas cosas a la señorita Rose lo tendrás que hacer cuando despierte.

-¡No!-Él gritó-Mire señor, ella necesita de mi ayuda, pero no abre la puerta.

-Miro de reojo al erizo, después a las llaves-¿Seguro que no la vas a...?

-¡Pero qué hombre más depravado!-pensó-

-¿Entonces?-recalcó el susodicho.

-No le hare nada, palabra-Colocó su palma en el corazón haciendo un juramento.

-Bien-toma las llaves-Toma niño-Se las avienta con fuerza, Él solo agradece asentando.

-Ay, la juventud de hoy en día-volvió a lo suyo.

Sube las escaleras con rapidez, una que otras veces se tropieza. Las llaves torpemente tomó. Por alguna razón siente demasiada presión ante eso, la cerradura le parece un diminuto hoyo. Primer intento de insertar la llave, fallido. El segundo estuvo mejor, pero como el anterior, falló.

-¡Demonios!-Grito dando un golpe fuerte a la puerta.

Las consecuencias de aquella exclamación llegaron tan pronto como se lo esperaba. Tal vez estaba feliz, angustiado, pues su mueca no lo expresaba tan alegre. Si, Ella abrió la puerta, somnolienta y sin ningún grito lo miro. Sin darse cuenta, Ella comenzó a sonrojarse del color más rojo jamás visto, Sonic, solo rio al verla en seguida entro a la habitación para recostarse un rato en el sillón.

-¡Oye!-exclamó mientras le aventaba infinidades de palomitas de maíz, pues al parecer de había quedado dormida viendo una película- ¿Qué derecho tienes de pasar asi?

-Ni la miró, solo encogió sus hombros-mñm, niña, he tenido suficiente hoy.

-¿Entonces...¿Te quedaras a dormir?-pregunto muy apenada.

-Si tú quieres, sí~

-...¿¡Yo?! ¿Querer? pff, por dios claro que no.

De nuevo sin ninguna expresión, cambiaba los canales de la televisión. Rendida, se sentó a lado suyo.

-¿Por qué viniste?-Amy cuestionó.

-No lo sé, mis instintos decían que estabas mal- la miró, Ella de nuevo se avergonzó.

-Gracias.

La única palabra que quería escuchar alrededor del día. Estuvo satisfecho con eso. Inmediatamente se colocó de pie, apago el televisor y se despedido. Por el gesto que hizo la eriza, se notó que quiera estar más tiempo con él, pero no podía decirle que se quedara, después de todo, aún falta por conocerlo.

-Hey, Ames-sonrió dirigiendo su mirada a sus ojos verdosos.

-¿Si?-trato de preguntar seria.

-Buenas noches, niña-Sonrió, en eso, alborotaba sus púas con una caricia en ellas.

-Igualmente Sonic-Le regreso la tierna sonrisa.

Tenia un largo camino que recorrer....bueno solo eran dos habitaciones de diferencia pero el saco flojo de huesos camina como una tortuga.... .

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