[1] "Estación"

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Hace tiempo que había deseado irme de aquel desagradable lugar lleno de peleas. Desde que mi madre se casó con aquel hombre nefasto, siempre peleaban por cosas insignificantes, y claro a mí siempre me decían que yo era la culpa de sus molestias cuando ellos son los adultos, no deberían estar como niño pequeños echando culpa a quienes no tiene nada que ver. Claro hubo momentos en que me encerraba en mi cuarto pensando en que yo soy el problema, mientras lloraba mirando la foto de mi padre. Él siempre me había enseñado a ser feliz, ordenado, a ser una persona del bien, pero aquel día, el avión descendió directo al mar, nunca encontramos su cuerpo, aún tengo la esperanza de que sigue vivo; sé que él es fuerte, valiente como un militar.

-¡Sonic! -desde lejos escuche la vos irritante de mi madre.

-suspire solo espere a que me diera un golpe- ¿Qué madre?.

-Escuche su respiración agitada. De repente sentí su mano en mi hombro- Hijo, Suerte en tu partida. Toma -estiro su mano, vi un paquete. Lo tome.

-Sí, gracias.

-Perdón por no haber sido una buena madre-

Sentí su sonrisa resplandeciente tras mis espaldas. Algunas lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas, inmediatamente di el paso sin decir ninguna palabra. Era la primera que vez que lloraba por mi madre. Supongo que aun dolerá, no verla y contemplar sus berrinches.

-¿A Star hill joven?

-Un hombre musculoso me toma del hombro. Volteo nervioso- Ehh, sí.

-Suba en el siguiente tren-Se va. Suspiro.

Tome asiento en una de los asientos externos de la estación del tren. Al levantar la mirada, vi una silueta femenina. Note que traía un vestido rojo sin adornos, muy simple. Sus ojos, verdes como la esmeralda igual que los míos. Pero no pude verla con mas detalle, el tren donde debo partir llegó, y tengo que abordarlo.

Afortunadamente, hay asientos desocupados. Me siento en el primer que veo. Una péqueña niña me observa, sonrió para ella, tan tierna que se sonrojo y voltea evitando mi mirada. Enfrente de mi hay una gran vidrio, casi no puedo ver nada por la velocidad a que va. A los pocos minutos una voz tímida llama mi atención.

-D-Disculpa.

-¿Si?-dirigí mi mirada a una chica de pelos naranjas-

-S-se te h-ha caído esto-Mire su mano para ver que era. Mi libro. Lo tome muy calmado y le agradezco-

-De nada-dice ya algo calmada.

No soy mucho de hablar con extraños. Solo sigo con lo mío.

-Ah...-Hojeo el libro para encontrarme con mi página-Capítulo 45-musito con una sonrisa.

"Gracias, por su preferencia". Por fin, después de unas largas horas llegó. Tome mi maleta. Agradecí al ayudante quien se encontraba en la puerta. Veo que las calles están algo limpias comparándolas donde vivía. Haya siempre te deslumbrabas por lo limpia que estaba, incluso podías comer en el suelo sin ningún problema. Supongo que por ello se llama "Green hill". Al llegar a mi destino, veo que el edificio, ¡Enorme!. Espero no perderme durante mi establecimiento.

-¡Hey! ¡Erizo azul!-Volteo, supongo que me llama a mí.-

-¿Si?-mantengo la calma al ver que era la misma silueta que vi al comienzo de mi viaje.

-Bufó- quítate del camino, por favor estas estorbando.

Y efectivamente, no me había dado cuenta que en cima mío había un gigante piano apunto de a caer. Para mí salvación, mi velocidad evitó que eso me matara.

-¿Eres nuevo, verdad?-asentí con seguridad- Oh, supongo que vivirás aquí ¿No es así?-señalo el edificio.

-Ah..si.

-¡Qué bien! Soy Amy rose un gusto-

Estrecho su mano. Yo cerre el saludo con un fuerte apretón de manos. Sonreí, un agradable comienzo.

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