Capítulo 1

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Isabel tenía la vida perfecta: éxito, fama, reconocimiento, dinero...Todo por lo que se había esforzado tanto la había llevado a una de las industrias del vestido más renombradas de la historia. Desde niña siempre había mostrado interés por la moda, fascinada observaba los desfiles en pasarela por televisión y se decía a si misma que algún día sería una importante diseñadora. Y su decreto se había convertido en realidad. Cuando se graduó de la universidad de inmediato la contrataron para trabajar en una fábrica textil. Posteriormente trabajó como colaboradora de una diseñadora poco conocida pero a su lado, aprendió y pulió sus habilidades, lo que la ayudó a crecer dentro del ámbito profesional. Más tarde, conoció a otra diseñadora con más experiencia con la que se asoció durante algún tiempo, tiempo en el cual conoció a los clientes su socia, la mayoría eran parte del medio artístico. Un par de años más tarde se independizó, y su trabajo en solitario la posicionó en seguida en el top de las diseñadoras de moda más famosas hasta el momento. Diseñaba atuendos para diferentes celebridades, hasta que el Grupo K la contactó. Un hombre de mediana edad, atractivo, de piel pálida, había escuchado hablar de ella, y de lo maravillosa que era diseñando. Y es que Isabel era una chica creativa y todos quedaban encantados con sus conjuntos. El hombre dirigía una empresa de prestigio, Grupo K, la casa de modas japonesa más famosa solicitaba el trabajo de la joven, a lo que ella aceptó.

Estaba segura de que esta oportunidad la llevaría aún más lejos, por lo que se sentía emocionada de que una empresa como Grupo K la contemplara para su proyecto. Para ello debería cambiar de residencia, los gastos quedaban cubiertos por parte de la empresa: pasaje, nuevo departamento e incluso un auto con tal de conseguir a Isabel en su equipo de trabajo. Sin perder más tiempo, inmediatamente después de llegar al departamento se encaminó a Grupo K. Tan pronto como llegó fue recibida por la asistente, quien le indicó hacia qué oficina dirigirse para firmar el contrato. Amablemente le agradeció, caminó hasta la oficina y tocó la puerta. Un apuesto joven abrió.

- Buenos días, soy Isabel Black. He venido para firmar mi contrato y comenzar el día de hoy si es posible – mostró una sonrisa.

- Buenos días, señorita Black. Mi nombre es Yoshito Kawada. Pase, por favor – le indicó el joven.

Tomó asiento en la mullida silla que se encontraba frente al escritorio, donde él se situó. Buscó los papeles en uno de los cajones para después extendérselo a ella.

- Me informó mi padre que vendría a firmar el contrato, lamenta no poder estar disponible para mostrarle las instalaciones y explicarle la dinámica de su trabajo aquí. Así que me ha pedido que la reciba y le explique detalladamente sobre el proceso.

- No se preocupe, ¿es aquí donde debo firmar? – señaló con el bolígrafo en la mano.

- Sí, señorita.

- Bien. – se la devolvió

- Ahora, comencemos con la entrevista.

Yoshito entrevistó a Isabel durante casi una hora, para saber más acerca de su perfil, conforme avanzaban las preguntas, más se convencía de que ella era la persona perfecta.

- Se preguntará cómo es que nos enteramos de usted – preguntó el joven meciéndose ligeramente en la silla.

- Eso es algo que quería preguntar

- Bien. Su trabajo está por todas partes, ¿es consciente de cuan famosa se ha vuelto a su temprana edad?

- Ah...no me considero a mi misma tan buena como lo dicen los demás, creo que aun hay mucho que...

- Usted es maravillosa – entrelazó sus dedos, adoptando una posición más cercana apoyando los codos en la mesa.

- Señor... - su semblante era de seriedad.

- El hecho de que creas eso de ti misma te hace aun más maravillosa. El creer que el aprendizaje nunca termina, significa que estás abierta a nuevas ideas, y eso me agrada. Necesitamos personas creativas, productivas, con apertura al cambio. Había escuchado ciertas cosas de usted, y ahora me doy cuenta de que todo es verdad.

- ¿Qué cosas escuchó de mi?

- "Isabel Black es una persona responsable, con disciplina, amor por el trabajo. Ella sabe realmente lo que quieres" – citó. – Lo escuché de varias personas con las que tuve el gusto de conversar y preguntar sobre usted. También he tenido la oportunidad de admirar sus creaciones a través de la prensa.

- Vaya, debo decir que estoy un poco impresionada – exclamó.

- Y bueno, debo confesar una cosa más

- ¿Ah?

- Soy yo quien la ha buscado incansablemente. – la miró fijamente apoyando su barbilla en el dorso de sus manos.

Isabel...My only vanillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora