Capítulo 22

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Daba mil vueltas en la cama sin lograr sacarse de la cabeza las imágenes de Valerie intentando seducir a Kei. ¿Esas eran las pruebas que mencionó Isabel? Estaba decepcionado tanto por el engaño de su prima a quien consideraba como su hermana, como por las acciones humillantes de Isabel. Y encima de eso, su mejor amigo decidió involucrarse. Era demasiado que asimilar.

Por la mañana, Shoya entró a la oficina con un vaso de café. Tenía un aspecto demacrado, lo que revelaba una noche de insomnio y sufrimiento. Verlo en ese estado la hacía sentir aun peor.

- Shoya, lo siento

- Ya sucedió, Isabel – dijo sin expresión alguna.

- Shoya, yo en verdad...

- No te disculpes. Fue cruel que la expusieran de esa manera, pero finalmente sus acciones hablaron de lo que verdaderamente es

- Sé que debe ser difícil para ti afrontar esto, pero cuando lo supe estaba tan enojada porque tu hablabas tan bien de ella, y lo único que hacía era mentirte

- Pues bien, ya no lo hará más. Así que quédate tranquila – sorbió de su café.

- ¿Han...terminado? – Se atrevió a preguntar.

- Sí. Estaba claro que sucedería, después de ver el video y todas las pruebas difícilmente pudo decir algo a su favor

- Shoya, perdóname – Sin contenerse se estrechó en su pecho.

Shoya se sorprendió por lo rápido que sucedió, que casi derrama su café en el suelo. Sintiendo el pesar de Isa, le devolvió el abrazo, enternecido. Finalmente, sabía que sus intenciones nunca fueron lastimarlo, sino todo lo contrario, y en ese momento le venía bien sentir el calor de su cuerpo. Por primera vez pudo darse cuenta de la esencia que despedía su cabello, que quiso quedarse así un poco más.

- Sí, Isabel. Es muy difícil aceptarlo. Pero no puedo negar lo que ustedes me mostraron cuando es tan evidente. Duele...pero estoy agradecido de que lo hicieran. Aunque, creo que hubiera sido mejor que me lo mostraran en privado

- Yo-ka también tenía que saberlo – se separó de él – Sé que fueron demasiadas personas involucradas, lo lamento. Yo, quería cerciorarme de que no le quedara otra salida más que confesar

- Deja de atormentarte

- Pero, Yo-ka. Estoy preocupada también por él, ¿crees que debería ir a verlo?

- Dale espacio – Isa bajó la mirada un poco triste.

- Quizás no debí invitarlo anoche

- No debes angustiarte por eso, solo dale tiempo para terminar de asimilarlo. Ya habrá ocasión para que puedan hablar – hizo un esfuerzo por sonreír.

- Shoya... - intentó contener sus lágrimas. – Si pudiera hacer algo para hacerte sentir mejor

- Tenía que suceder, Isabel. Prefiero que sea doloroso ahora, lo prefiero antes que seguir bajo su engaño

Durante la jornada de trabajo Isabel no conseguía mantener su atención en los bocetos. Estuvo pensando si sería bueno ir a su oficina o dejar las cosas enfriarse un poco como sugirió Shoya mientras deslizaba el lápiz sobre el papel. Lo intentaba, verdaderamente intentaba controlar su impulso por abrir la puerta y correr a buscarlo. Y en una discusión interna había transcurrido todo el día, faltaba una hora para terminar el horario. No creyó poder soportarlo por más, no podría dormir esa noche en la oscuridad de la incertidumbre. Dejó el lápiz caer repentinamente levantándose con apremio haciendo resonar los tacones por el suelo. Se detuvo ante la puerta, quizás era demasiado tarde para retroceder, seguramente él había escuchado el sonido de sus pasos. Pero mientras recobraba el aliento, su mano aún no se decidía a tomar la perilla. Petrificada durante unos segundos, sintió temor de que lo que pudiera escuchar terminara por hacerla pedazos. Su cuerpo comenzó a temblar, sus pies cedieron terminando en media vuelta. Sintiéndose al borde del llanto caminó a prisa hacia el tocador.

Isabel...My only vanillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora