C9

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Capítulo 9, No te enamores

-¡No mientas! ¡Seguramente te doy asco! -grité sacando un temor que había tenido siempre. Y es que yo sabía que estaba sucia. Phil me había ensuciado con sus asquerosas manos. ¿Quién podía llegar a querer a una chica como yo?-. ¡Pues siento no ser la chica perfecta que tú quieres! -le grité con rabia.

Y es que el dolor me había llevado a un estado rabioso. Me sentía totalmente dolida de no poder ser la chica que Edward merecía a su lado.

-¡Eres más que perfecta! -dijo acercándose nuevamente a mí y sujetándome por los brazos, me miró a los ojos de una forma tan intensa que por un momento se me olvidó la discusión y todo lo malo, sólo podía mirarle a los ojos.

Y entonces... me besó.

Sin duda Edward era bipolar. Me acababa de decir que el beso había sido un error y ahora me volvía a besar. ¿Es que acaso le gustaba repetir los errores? ¿o es que quería jugar un poco más con mis sentimientos?

Pero no pude seguir pensando en nada ya que, poco a poco, la mente se me empezó a quedar en blanco y me dejé llevar. Este beso estaba siendo mucho más largo que el otro y mucho más intenso. Yo estaba totalmente paralizada, la única parte de mi cuerpo que se movía eran mis labios. Edward me besaba con fiereza, como si quisiera demostrarme algo.

Edward aún seguía sujetándome, y con la misma rapidez que me había besado se separó de mis labios y me miró.

-Bella, te quiero -me confesó inesperadamente, pero su voz no sonaba como debería hacerlo. Alguien que está diciendo esas palabras debería sonar feliz, sin embargo la voz de Edward era más bien triste-. Pero no quiero hacerte daño.

Y se separó de mí.

Yo seguía paralizada en mi sitio.

-No te entiendo, Edward -exclamé intentando calmar mi respiración, el beso aún me tenía alterada-. Por una parte dices que me quieres y por la otra que no quieres hacerme daño. ¡Es ridículo! ¡Tú no me haces daño! ¡Eres lo mejor que me ha pasado en la vida!

Edward me miró tristemente y negó con la cabeza.

-No, Bella. Estás equivocada. Yo no soy lo mejor que te ha pasado en la vida -me dijo con tono atormentado mientras me miraba de igual forma-. Tal vez ahora no me entiendas, pero pronto lo entenderás.

Iba a replicarle algo, pero entonces el móvil de Edward sonó.

Él, al ver la pantalla, susurró que era Alice y contestó.

-¿Qué quieres, Alice? -contestó de mal humor-. No es eso, no hagas nada estúpido, Alice. Deja que te explique primero -se quedó callado oyendo lo que fuera que le estaba diciendo Alice-. ¡No es lo que piensas, maldita sea! Voy ahora mismo y hablamos.

Y dicho eso colgó y me miró.

-Volvamos a casa -me exigió mientras se daba la vuelta, esperando que me subiera.

-¡Y una mierda! -grité cabreada de verdad. ¡Estaba harta de sus jueguecitos! Igual en un momento me decía que me quería y al otro que sólo era un error.

Aunque ahora había algo más que me había dejado preocupada. ¿De qué estaba discutiendo con Alice? ¿Sería acaso que Alice había tenido alguna visión de nosotros? ¿o qué era lo que había alterado tanto a Alice y Edward hasta el punto que discutieran? En el tiempo que llevaba con los Cullen nunca los había visto discutir. Nunca. Hasta ahora. ¿Cuál era el motivo?

-Bella, necesito ir a casa cuanto antes y no puedo dejarte aquí. Así que sube de una vez -su voz ya no sonaba triste ni atormentada como hacía unos minutos, ahora su tono era molesto e impaciente.

La hija del diablo (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora