Marionette

Koe

Dejo salir el humo del cigarrillo que tenia entre los dedos, mirando el techo como si fuera la octava maravilla

Otra vez - pensó

Como sintiendo una perturbación en la fuerza, instinto combinado con ansias sabiendo que su teléfono tendría que sonar pronto, que el molesto de Munakata estaría del otro lado de la línea y que le pediría que fuera a verle

Como siempre

Últimamente sus pesadillas van en aumento, siendo aviso de que las cosas como siempre saldrían mal, de verdad... no podían cambiar un poco para variar, ¿Al menos un poco?

Impaciente es la palabra correcta para describirle

Incluso parecía que estaba solo porque lo planeo así, los muchachos habían salido, Kusanagi fue por más cristalería para tener de reserva, tátara y Ana habían ido al parque y Yata había ido junto con "esa cosa" a Scepter 4.

Dio otra calada más al cigarro terminándolo y aplastándolo en el cenicero. Contando en su mente para tener algo de orden

8, 9, 10

El sonido de su teléfono hizo eco en el solitario bar, sonriendo burlón

-10 segundos de retraso Munakata

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A pocos metros el cuerpo del chico desprendió un brillo azul para encogerse y convertirse en un juguete, eso no lo esperaban sin saber que ocurría el pequeño cuerpo termino cayendo al suelo

Misaki no lo soporto, Saruhiko había vuelto a esa pequeña forma, algo debía ir demasiado mal, tomándolo con cuidado, empujando a los otros azules, corrió lo mas que podía hacia donde el rey azul. Se lamento no traer consigo su patineta, ¿Por qué tenía que tener las piernas tan cortas?

Llegando jadeando, pateando la puerta, rompiéndola por el impulso de la llama de Honra

-¡Sa-Saruhiko!-grito -algo, algo anda mal

Eso basto para Reisi, la desesperación de Yata le decía que iba muy enserio, mas cuando sus demás subordinados llegaron, cuando su mirada se cruzo con la de su teniente

Algo iba mal, pero no es como si pudiera simplemente ir al área medica, checar sus signos vitales y demás, no lograría nada así.

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Si por ejemplo le hubieran dicho que la magia existía cuando niño, abría negado tristemente, la magia no existía, no aparecería alguien un hada o algo a hacer su vida más feliz, eso lo entendió desde muy pequeño.

Siempre describió su vida en el palacio como llevadera, quizás tranquila donde era algunos días torturado por sus padres pero aun así el se consideraba como una persona "feliz"

Tenía a Seri, a sus amigos, a la gente que trabajaba en el castillo como su gran familia, estaba decidido a arreglar lo que sus padres tan fácilmente e indiferentemente habían destruido en el reino, mejorar la vida de los demás, eso aprendió de ellos. Ser responsable, amable, valiente, racional, pensar en el bienestar de la gente antes de su propio bien, estudiaba, comía lo mejor posible, reía a veces lloraba, se enojaba era humano después de todo un chico humano de 15 años

Aunque si pudiera volver al pasado se llamaría a si mismo ingenuo, quizás tonto. No bastaba con solo decretar una orden, no era solo, tenía que ganarse al pueblo, limpiar su imagen, tenía que entender que cosas como el amor y el odio eran sentimientos demasiados fuertes

El seguía existiendo por el odio, por el dolor de la gente que murió a causa de los caprichos y ordenes de sus padres, por el rencor de los que quedaron con vida, por la pena que arrastraron muchos a pesar de que ellos murieron... el seguiría viviendo por la misma razón