Epílogo 15.- Endless

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-¡abuelito es un final muy feo!

-ah es cierto, lo siento, lo siento jejeje

-¡no puedo enseñar este final en clase!

-cierto quizás es porque no recuerdo como termina

-¿no recuerdas como termina abuelito mori?

-no, Hana ¿Por qué no le haces un final feliz y me lo cuentas?

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La marioneta rota dejo de moverse para siempre, al final su cuerpo y su alma no resistieron mucho mas, la felicidad que sentía era demasiada para su frágil corazón

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Camino por las calles de shizume, pasando por lo que alguna vez fue Scepter 4, deteniéndose en la reja. Si bien tenía entendido era un jardín botánico o algo así, el edificio principal se mantenía, no quiso entrar, no era su lugar.

No siente decepción de que Scepter 4 no esté allí, ni tampoco le enoja o le entristece, algunas cosas desaparecían con el correr de los años, sin reyes no tenían que existir los lugares donde alguna vez tocaron.

Scepter 4 había perdido a su rey hace años, por lo que sabe siguió en funcionamiento solo para arreglar los cabos sueltos para así al final disolverse luego de un tiempo. Un letrero decorado muestra horarios de clases: Pintura, clases de matemáticas, piano y muchas otras cosas más. Un edificio donde ofrecían clases a cualquiera...estaba bien para él, miro hacia uno de los costados, el escudo seguía allí.

Ese día en particular siente que puede ir a ver, continua caminando

El tiempo era uno de sus enemigos jurados, tal como lo era de Saruhiko, se les escapaba de los dedos sin posibilidad de cambiar las cosas, solo quedarse viendo lo que pasaba, estaban acostumbrados a ello.

Al menos Saruhiko había descansando...

-Tan necio y estúpido-dijo para sí mismo

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La historia del príncipe que fue convertido en un juguete, aquel que conoció la tristeza, el odio, el rencor, la alegría, la calidez y el amor

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Se detiene, una persona atrás suyo termino por impactar un poco con ella, quejándose pero no escucho.

Del otro lado de la calle, siguiendo con su tan normal paso, ajeno a todo, con esa apariencia algo intimidante y desganada

-...Mi...Mikoto...-el nombre que en su niñez había dejado una huella, se sintió así. Como una niña pequeña de nuevo.

Queriendo correr hacia él, ¿le recordaría? ¿La reconocería? ¿Qué le diría? Pero no lo hizo

Mikoto con un uniforme escolar siguió su camino al lado opuesto que ella, no lo detuvo, no lo llamo, solo vio el hermoso rojo que solo podría pertenecer a él alejarse con calma, perdiéndose entre la gente...lejos de ella nuevamente

Su inexpresivo rostro se sintió mojado

Como le había dicho Saruhiko, solo tendría que esperar algún tiempo para volver a verle

Dentro de ella tenía la sensación de que no tenía que ir a su encuentro, aun no era el momento, eso le decía el corazón, ahora que sabe que está vivo, igual como siempre tiene las fuerzas suficientes para esperar un poco más, para que sus caminos vuelvan a cruzarse.

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