cap 1

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Y aquí es cuando digo. "Hola Diosito, soy yo de nuevo. ¿Me recibirás allá arriba?"

Cuento innumerables veces los pasos antes de llegar a casa. Durante toda la maravillosa mañana después de leer una vez más ese mensaje, mi mente no ha dejado de torturarme. Incluso se podría decir que dentro de mí, soy como el niño de la película (Stuart Little) "ES HOY, ES HOY".

Mi corazón late tan rápido que estoy segura de que los astronautas pueden oírlo. La tensión se ha asentado por completo en mi estómago hasta el punto en que puedo sentir la comida en mis papilas gustativas. Siento que me voy a morir si pongo un pie en la casa... otra vez... escalofríos me recorren al imaginar la escena. ¡Tengo tantas ganas de gritar!.

«¡Qué gran día!»

Aparte del hecho de que mi día estuvo ocupado, emocionante y lleno de ansiedad, no estuvo exento de tristeza. Paso a paso, se vuelve deplorable. ¿Y la amargura? Ni se diga, entra como carro sin frenos.

Generalmente, la vida se considera como un paso hacia la existencia, pero lo que no se considera es que el sufrimiento venga plagado de problemas y consecuencias.

¿Por qué digo ésto?

Es simple por tres razones.

Primero, hace más de dos años que empezamos a convivir con nuestros progenitor y, no fue de nuestro agrado. Amigos y familiares creen que sí pero no es así.

No es que no querramos a nuestro padre...o bueno... no sé cómo explicarlo sin que suene TAN horrible porque creo que el pleito sólo lo tengo yo y sonará a resentimiento. Quizás se pueda decir que es inútil sentir esa conexión ahora que eres mayor cuando no has tenido una figura paterna desde que naciste. OK, es verdad que nunca nos faltó nada, pero unos cuantos dólares no da amor de padre que uno necesita en su vida. No es justo que nos haya abandonado porque se sentía presionado. Nunca lo perdonaré por dejar toda la carga mamá.

De todos modos, por voluntad del destino, después de 13 años, volví al punto de partida. Él regresó. Y al final, cambia parcialmente lo que una vez fue controlado. Se derrumba con el chasquido de los dedo.

La segunda, nosotras 3 que somos mujeres, tuvimos que recoger los pedazos del universo que se había derrumbado cuando mamá dejó de sonreír de felicidad y la reemplazó con una sonrisa de sufrimiento. Cuando el cáncer decidió aparecer, entendimos que nada podía hacer lo mismo.

Y no me equivoqué, nada es igual.

Después de dejar la escuela, mi hermana, la mayor, se dedicó a buscar trabajo. Ahora trabaja medio tiempo en una tienda de cosméticos para pagar la medicina de mi madre. Sorprendentemente, conoció a su novio actual. Drew está en el último año de su carrera de Administración de Empresas. Tiene solo 27 años y es uno de los más condecorados. Trabaja en una farmacia con su abuela y ama a su familia por encima de todo. Se conocieron porque accidentalmente él hizo caer un set de maquillaje. En ese momento, iba distraído.

Admiro a Keny no solo por ser la mayor, también porque, a pesar de tener 25 años, es una mujer decidida, lista para cualquier guerra, y dispuesta a llevar todo el peso del mundo en sus hombros.  Un temperamento fuerte pero sutil cuando es necesario. Y chistes muy poco convencionales y agrios hasta el suelo.

Tiffany es la sándwich y mamá la llama así por ser la de en medio. Ella dejó su trabajo porque Keny la obligó. Dijo que como la mayor, es su obligación de cuidarnos, así que le ordenó seguir sus estudios universitario. Pero para ayudar, cogió los quehaceres de la casa. Ella conocío a Marcus, 25 años que estudia letras y es hermano de Drew. Bailó con él toda la noche en la fiesta de cumpleaños 24 de keny. El amor se levantó como una flor

True love exists © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora