True love exists © [✔]

cap 6

Me despierto exactamente a las 5 am con el sonido de los árboles crujiendo. Enciendo la luz de la lámpara y noto a Rick de nuevo, en la habitación. Viene corriendo y me aprieta el cuello con tanta fuerza que siento que mis huesos se convierten en cenizas. Me golpeó con una botella y me tiró de la cama. Mi pecho late tan fuerte que siento un agujero en mi caja torácica. Mis manos sudan y tiemblan de forma poco natural, así que empiezo a gritar esperando que las señoras me escuchen. Me desgarré la garganta esperando ser salvada. Estoy pidiendo ayuda con toda las fuerzas posibles a pesar del dolor agudo en mi cuerpo.

Me arrastro un poco hasta llegar a la puerta y estiro mi mano en la perilla. Pero cuando pone un pie en mi estómago, un dolor intenso y cegador se filtra a través de cada molécula de mi cuerpo. No respiro. Todo el aire se ha ido.

Sus insultos y risas resuenan en cada rincón de esta habitación. Tira de mi pie hacia él, su mano vuelve a recorrer mi piel. Cuando veo que intenta quitar la ropa interior a la fuerza, el miedo se asienta en mi estómago como una gran roca.

No hablo. No Suplico. No forcejeo. Solo soy capaz de buscar un pequeño escondite en mi imaginación donde nadie entre. Por un tiempo estoy a salvo, pero la realidad es otra. Lo único que encuentro es una habitación oscura, húmeda y polvorienta. Un colchón sucio con moho, un ratón y la pequeña Amelia sentada en el suelo con la espalda contra la pared en una esquina y las rodillas pegadas al pecho. No me mira. Ella no dice una palabra. Su cuerpo pálido, lleno de cicatrices, muestra lo que mis deseos han hecho con ella.

— ¿Cómo pudiste cambiar mi vida plácida por este infierno? — Habla sin rastro de emoción.

— Perdón — Las lágrimas inunda mis ojos.

— ¿Por qué lo hiciste?...— Su voz se quiebre — ¿Por qué me arrebataste la inocencia?

Mis dientes se aprietan. Bajo la cabeza para evitar la opresión que hay en su pecho. Me tapo la cara con el antebrazo y un sollozo lastimero llena mi garganta. Lágrimas calientes y pesadas corren por mis mejillas, pero no puedo controlarlas. No soy lo suficientemente valiente para enfrentar a la niña que le ha causado tanto dolor.

Estoy tratando de procesar lo que está pasando. Cuando recuperé el sentido, todavía estaba bajo la mano de Rick. Me tira del pelo, me arranca varios mechones, me da un puñetazo y se posiciona en mi entrepierna.

El miedo se instala en mi sistema. Mi corazón late con fuerza y ​​se ralentiza durante unos segundos antes de llorar desesperadamente.

«¡No es él, Amelia! ¡Vamos, despierta!...¡DESPIERTA »

Me levanté de un salto, encendí la luz y respiré aliviada. Mi pecho sube y baja con poca dificultad y lo sostengo con la mano para calmarlo.

El único momento en el que siempre me asalta el miedo es cuando giro la cabeza para verlo sentado. De repente somos él, yo y esta habitación otra vez.

— Sólo fue una pesadilla, Amelia. Una de tantas que has tenido en esta semana. No pasa nada, estás a salvo. Estás segura en esta casa.

O mejor dicho, en una habitación sin salir a la naturaleza.

Todo dejó de tener motivo. Mi vida ha dejado de tener metas y sueños. Todo lo que algún día soñé se enfrascaron en el oscuro abismo de lo patética que soy. Porqué eso es lo que soy, una niña estúpida. He tratado de procesar lo ocurrido y nada ni nadie va a cambiar lo imbécil que fui. He llegado más bajo de lo que he encontrado y ya no voy a salir de aquí. Nada me salvará de este dolor eterno

Mis sueños ya no son los mismos. Sus manos nubladas, los ángulos crudos de sus huesos y su color azulado siguen apareciendo en mi serenidad. Es un crimen tal que mi memoria me traiciona y repite su nombre todos los días.