cap 15

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Hago que el aire ingrese de manera natural a mis pulmones cuando despierto antes de la hora. Sentarme en la cama y estirar cada musculo de mi cuerpo me da a entender que estoy completamente dentro en el rango de la adultez. Los huesos me truenan de una forma demasiada antinatural.

Son las 6:00 AM y la alarma ya emite su sonido. Con mi mano, hago un camino hasta la mesita de noche y así poder apagar el despertador.

Bostezo colocando mis zapatillas de casa, rodeo la cama y me abro paso a la sala para recoger el abrigo que no lavé ayer. Los sacudo un par de veces y vuelvo a mi habitación. El frío infernal de los LA ya se está sintiendo.

Varios minutos después, estoy lista y vestida con mi uniforme. Determino que es momento de salir a tomar mi desayuno antes de ir al trabajo. La barriga me está rugiendo como una leona voraz, y estoy segura que si no la alimento, se comerá mis tripas.

Enciendo todas las luces para no sentirme tan sola, y como apenas son las 6:45 am, aún no está tan claro el día como para andar a ciegas, peor en esta casa que apenas sé donde está ubicadas las cosas.

Toco el par de botones correspondidos a mi café y dejo que se prepare solo. Abro la gaveta y de ella saco el pan integral, sacudo mi mano y voy a la refrigeradora. Vaya, sí que debo de hacer las compras, ya no me queda mucho. Excepto la de Rose, tiene para dos semanas más.

Agarro mi mermela que ya mismo se acaba, la mantequilla y cierro con mis pompas la puerta del refrigerador. Mientras lamo la cobertura que está en mi cuchara por la barrida que le puse a mi pan, rebusco en mi bolsillo del uniforme el celular. Tiffany debería estar ya en casa, en poco serán las 7:00 am y aún no aparece.

El primer timbre suena, lo normal. Lo que no es normal, es que suene aquí, adentro. Estoy segura que mi cabeza se giró al igual que el exorcista al escuchar a la perfección el tono de la llamada en su cuarto.

«¿Habrá dejado el celular a propósito?. Según que recuerde, ella lo llevaba»....

Camino sin descolgar la llamada, tomo el pomo entre mis dedos y abro la puerta. ¡Ay, Diosito!. Sí mamá la viera la mataba enseguida. El cuarto expande un hedor profundo a alcohol, los zapatos están en cada rincón y su vestido está completamente arrugado. ¿Acaso no se bañó que lo carga puesto? Debió estar muy "linda la fiesta".

«¿Desde cuando ronca?»...

Debo salir.

En cuanto salgo por la puerta de su habitación quito mi tasa de café y posiciono otra y coloco una nueva sin dulce. A lo agrio para levantar al muerto que tengo como hermana.

— Necesitaré diez de esas para tener mis cinco sentidos despiertos — Hablan a mis espaldas. Volteo encontrándome a una fúnebre Tiffany, la cual se deja caer en la silla con las dos manos en la cabeza.

— Buenos días mi pequeña alcohólica — Espeto divertida. El café está tan delicioso que me sirvo un poco más — ¿Excelente la reunión?

— Fue la mejor después de tanto tiempo. Cinco estrellas — Automáticamente posiciona su dedo índice sobre el puente de la nariz y una sonrisa le surca los labios.

Sólo basta el alcohol en su vida para que regenere su espíritu vivaz. Luego de todo lo que le ocurrió, me alegra verla sonriente y fuerte, aunque en el fondo no sé si estaba preparada para estos trotes alocados.

— Acuérdate que aún debes cuidarte Tiffany — Empiezo a decir — Qué te hayan quitado los medicamentos no significa que estés cien por ciento bien — Informo — Ten, te ayudará — Le entrego su café y una pastilla para la resaca.

— Lo sé, solo trato de recuperar el tiempo perdido — Me dice con voz tranquila, dando un trago al contenido — Marcus no dejaría que nada me pase. Además, la que no está con su batería a mil es otra

— Estoy bien, te lo juro. Estas amiguitas de aquí abajo significa que hago bien mi labor — Le doy una palmada en su hombro, refiriéndome a mis ojeras. Me acomodo a su lado y corto un pedazo de pan para llevarlo a la boca.

— Gracias por el café

— Y no exageres, otra fiesta así y te lo harás sola — Advierto con una sonrisa cargada de confianza.

— Eres aburrida — Chasquea la lengua — Debiste ir, todos hubieran estado feliz de verte sana y salva. Contarlo es una, verlo es otra.

— Después del año doy mi aparición — Digo — Así quedó y no lo cambiaré. A parte, mi nombre el cual utilizo no es real, dentro de ese año tendré la excusa perfecta para aclarar las cosas.

— De acuerdo, de acuerdo, ya entendí — Absorbe ruidosamente su café — Pero estuvo buena, ¡eh!. Hubo baile, cerveza, piscina y amigos....— Comenta — Hasta hubo un compromiso

— ¿Compromiso?

— Sí. Jorge, el mejor amigo de Marcus se casa. Habrá boda — Aplaude emocionada — La propuesta la hizo ayer en la reunión. Fue hermosa.

«¿Propuesta? Algo tenía que ver esa palabra conmigo ¿Qué era? Boda... boda... boda... ¡Ah, cierto!»....

Me enderezo enseguida, chasqueo los dedos y la señalo entusiasmada. Sin saber mi comportamiento, se queda en la silla extrañada por mi acción al verme correr a mi habitación. ¿Y como no voy a estar feliz cuando mi hermana se va a casar? Dioses, hasta pueden hacer una boda doble. Me imagino que Marcus lo tenía todo planeado. Él, su mejor amigo y sus dos esposas a los lados. ¡Es lógico! Ahora todo tiene claridad.

— ¿¡Pero qué rayos!?...— Exclama impresionada — ¿Donde conseguiste esta hermosura?

— Ayer me enviaron este paquete, y es más que obvio que es de Marcus.

— Espera... ¿Qué? Debieron equivocarse de dirección.

«¡Oh, santos cielos, creo que arruiné la sorpresa»

«Mierda»

— Ahm....— ¿Ahora donde me meto? ¡Tragarme tierra y escupeme al desierto! — Perdón Tiffany, creo que me adelanté....

— ¡No, pendeja! — Golpea mi brazo tan fuerte que me lo dejó vibrando. Si me dolió — Si te das cuenta, no llevo anillo en mano — Me enseña su dedo vacío — Está claro que el envío lo hicieron mal. Marcus sabe que yo no deseo un vestido extravagante para la boda, si es que nos llegáramos a casar. Me gustan los de corte sirena, éste no.

— Si no es para ti... ¿De quién será? porqué la dirección es la nuestra.

Abro los párpados sin entender nada. ¿Cómo es que no lleva anillo?. Me habría ahorrado las expectativas. Sin embargo, es improbable su argumento. Puede que sí haya cagado la sorpresa. No tiene anillo, pero puede significar que sí le va a dar uno más adelante. Sí eso pasa, me va a matar.

Para evitar más conflictos y enredos, me quedo callada. No quiero embarrar más lo que sea que se vaya hacer con ésta prenda.

— Normalmente los correos se mal interpretan. Sin querer debieron anotar mal un número de la dirección y lo dejaron aquí. — Dice observando dentro de la caja algo que indique mal el envío.

— Es un paquete muy costoso, no lo creo.

— Amelia, tú no tienes novio y el mío ni siquiera me lo propuso. Ya vendrán a reclamarlo. Guárdalo hasta que vuelvan y ya — Mueve la caja para luego darse la vuelta e irse al cuarto con la jarra del café.

No dije nada y volví a ponerlo en su sitio.

"Lo usaras muy pronto. ATT: desconocido"

Con un suspiro, guardo el vestido nuevamente.

Tal vez sí se equivocaron de dirección.

Si yo fuera una repartidora, no me equivocaría ya que es un paquete especial para el día más importante de la vida de una mujer. Se ve que algunas personas son inrresponsables y despistadas. Personas cómo ellas, todavía el shampoo lleva instrucciones.

De seguro que esa pobre chica debe estar llorando por su vestido, esperado a que llegue. ¿Y los repartidores? bien gracias disfrutando de su paga en la casa. Así no son las cosas, trabajo es trabajo, y si debo de ir a una dirección, a esa voy.

Estoy que hiervo.

Con sumo cuidado pero con enojo encima, lo guardo en el armario cerrando éste para salir al trabajo.


True love exists © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora