12: Bienvenida al infierno

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Bienvenida al infierno.

-- Hay cuatro edificios. Primero, el de los chicos.

-- En el que nos encontramos -- Le corto. Resoplo por cuarta vez desde que nos repite una y otra vez lo mismo.

-- Si... Bueno luego el de las chicas, el de la academia, y el central, En el cual se prestan las clases -- Hizo una pausa y dirigió de nuevo su atención a Danille la cual jugueteaba con el bolígrafo que enredaba entre sus dedos bajando la mirada hacia este. Este al notarlo levanto la cabeza y balbuceo algo en bajo, un "lo siento" tal vez.

-- Y volviendo al listado de las normas recuerden. La más importante es...

-- ¡No a la impuntualidad! -- Exclamamos a la vez Danille y yo desesperadas ya por el rollo que se tiraba el señor repitiendo una y otra vez lo mismo.

-- Bueno señoritas, espero que lo que veo que saben lo lleven siempre correcto a la practica -- Juntó ambas manos y me miro fijamente. Me recosté en mi silla y lo mire.

-- Si señor

-- Pueden retirarse -- Llevo una mano al medio de sus gafas y las alzo un poco más a la altura de sus ojos -- Buenas noches señoritas. Mañana encontraran sus uniformes en na entrada. Recuerden.

De golpe me levante de la silla alcanzando la muñeca de Da la que ya se levanto y apresuradamente fui arrastrandola hacia la puerta.

-- Buenas noches.

-- Buenas noches Sñr. White -- Respondió Danille bajando la cabeza.

Con rapidez solté la muñeca de Danille y comencé a andar hacia la habitación.

-- ¿Por qué tantas prisas? -- Pregunto un tanto molesta.

-- Estaba cansada de su aburrida charla, nada más -- Dije encogiéndome de hombros.

-- Yo también pero no...

-- ¡Llaves! -- Nada más cortarla esta me mató con la mirada, aunque segundos después me entregara las llaves de la habitación sin molestia alguna.

Entramos a la habitación y una sola y brillante idea se me pasó por la mente. Con rapidez me dirigí a mi cuarto alcanzando la primera chaqueta que encontrará, la cual misteriosamente era la vaquera azul de la noche anterior. Me la acerque a la nariz y al instante la retire; el olor a alcohol la invadía entera, pero aún así la cogí y me encaminé a la entrada.

-- Me voy.

-- ¿A? -- Exclamó sentándose en el sofá mientras se desprendía de su sudadera y zapatos.

-- Dar una vuelta. Quiero conocer el recinto -- Me encogí de hombros. Dude en sí me creería o no por unos instantes, pero entonces cuando parecía que colaría, Danille saltó con su típica respuesta"A mi no me mientas Sam"-- Tan solo voy a ver donde se sitúa cada cosa, no quiero llegar tarde mañana por no encontrar los sitios... -- Danille resopló desconfiada pero aún así asintió y yo salí por la puerta.

Escuchando a mi espalda que a partir de las doce no se permitía andar por los alrededores o por lo pasillos, debías permanecer en tu habitación.

Mientras que andaba por el pasillo me deteni unos instantes a admirar aquel lugar. 

A pesar de ser el edificio de los chicos estaba bastante limpio, teniendo en cuenta de que estos tienen fama de ser siempre los menos higiénicos. Las paredes eran de un blanco impoluto el cual conjuntaba a la perfección con el rosado marfil que recubría el suelo, que a diferencia de la madera de nuestra habitación se encontraba por todas partes.

☆Rozando Las Estrellas☆ [PAUSADO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora