Pain

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Nada más Alfred se fue de mi casa fui a coger mi teléfono a la habitación

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Nada más Alfred se fue de mi casa fui a coger mi teléfono a la habitación. Iba a llamar a Francis y cantarle los cuarenta...

- ...¿Arthur? Qué raro que llames. ¿Qué tal~?
- ¡Mal! ¡¿Cómo se te ocurre decirle a Alfred dónde vivo?! ¡Y encima para seguir con las sesiones!
- Pero si te he hecho un favor~ Así no tienes que salir de casa~
- ¡¿TÚ ERES TONTO?!
- N-no grites tanto que me vas a dejar sordo... Y cálmate. Fui a hablar con Alfred la semana pasada para que fuese a tu casa ya que sabía que no irías a-
- Si sabías que no quería ir ¡¿por qué lo traes a mi casa?! ¡¿Es que quieres morir?!
- Vamos Arthur... Intenta-
- ¡No me digas más veces que lo intente! ¡Estoy harto de todo esto! ¡Estaba mucho mejor antes de conocer a ese psicólogo!
- Cálmate Ar-
- ¡Cállate! ¡Habla con Alfred y dile que no venga más porque no pienso volver a quedar con él!
- ¡Espe-!

Le colgué antes de que terminase de hablar. Como siguiese hablando con él acabaría tirando el móvil contra la pared. Que Francis hiciese sus propias decisiones sin preguntarme primero me molestaba, y mucho. Solo es un simple amigo, no es ni mi padre ni mi hermano mayor para decidir cosas que van a afectarme a mí después. Que él tome las suyas y yo tomaré las mías. Sé que lo hace con la mejor de las intenciones pero no tenía derecho a hacerlo... Encima pensando que esas decisiones iban a ayudarme. ¿Dónde vio que un psicólogo podría ayudarme? Mi problema -o dolor, como quieras llamarlo- no era psicológico, sino físico. Tenía un constante dolor en el pecho que con el paso del tiempo conseguí disimular y evitar. Pero Alfred estaba consiguiendo hacer que volviese con tantas preguntas, y era cuestión de tiempo que ese dolor me dominase y me derrumbara de nuevo. No quería volver a pasar por eso.

A lo largo de la noche Francis me llamó unas cuantas veces, pero obviamente no se lo cogí. Qué pensaba, ¿que después de lo que había pasado tendría ganas de volver a hablar con él? No quería pensar más en ello, por lo que decidí ir a la cocina a comer algo y así distraerme un poco. El resto de la tarde -hasta la noche- estuve buscando por internet algún trabajo. Al final me acosté sin resultados, como todos los días. De todos modos, ¿quién iba a contratar a alguien como yo?

A la mañana siguiente me despertó el móvil y su ruidoso tono de llamada. ¿Quién llamaba a las ocho y cuarto de la mañana? Me incorporé en la cama para alcanzar el móvil y mirar quién me estaba llamando. Por un momento pensé que sería Francis, ya que es el único que tiene mi número. Pero me fijé mejor -aún estaba algo dormido- y vi que era un número diferente. Lo cogí solo por saber quién era el que me había despertado. Como fuese alguien intentando venderme algún producto...

- ¿Quién es?...

Si ya era borde de por sí, por las mañanas -entre la voz de recién levantado y el sueño- ya ni te cuento.

- Buenos días Arthur~ ¿Te he despertado?
- . . .
- ¿Hm? ¿Arthur~?

No podía ser él... ¿Francis le dijo también mi número de teléfono? Que le diga todo ya de paso no te jode...

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