Illusion

Exhausted

Cuando me despertó el ruido de la calle me encontré con Francis a mi lado, abrazándome por la cintura. No pude evitar sonreír y me quede un rato más en la cama con él. Pero a los minutos después mi teléfono comenzó a sonar. Como siempre, empezaba bien el día...

- Gh... Arthur... Apaga la alarma...
- No es la alarma...

Me separé de él con algo de trabajo ya que no me soltaba y conseguí llegar hasta mi teléfono en la mesilla. Era un número privado.

- ¿Eh?
- ¿Quién es~?
- No lo sé... ¿Diga?
- Hola, ¿Arthur?
- Sí, soy yo.
- Buenos días, soy Andrés. Me recuerdas ¿no?
- C-claro que sí. Buenos días.
- Lo siento si te he despertado...
- No se preocupe, ya me estaba levantando...
- Está bien. Bueno, a lo que iba. Empezarías a trabajar el lunes que viene.
- De acuerdo... ¿Y sobre qué hora?
- A las 8.
- Vale, muchas gracias.
- A usted. Nos vemos el lunes.
- S-sí, adiós.

Colgué la llamada y dejé de nuevo el móvil en su sitio. De repente me había puesto muy nervioso, no sabía cómo hablarle... Después de todo ahora era mi jefe, tenía que tener cuidado con lo que hacía.

- ¿Quién era?
- Mi jefe... Empiezo el lunes.
- Oh~ Entonces aún nos quedan 4 días para divertirnos, contando desde hoy~
- Cierto...~ ¿Qué tienes pensado hacer?

Me volví a acercar a él para darle un leve beso antes de levantarme.

- Hm... No lo sé... ¿Damos ahora después un paseo y mientras pensamos en algo~?
- De acuerdo.

Comencé a vestirme con la ropa de ayer -no tenía otra de todos modos- después de haber ido al baño y Francis hizo lo mismo. Al cabo de unos cinco minutos bajamos a desayunar algo antes de salir. Lo bueno era que no parecía que fuese a llover, por lo que sería un paseo agradable. A la media hora salimos de su casa y fuimos a dar una vuelta por el barrio.

- Por cierto, no te lo he preguntado... ¿Te gusta mi casa~?
- Claro. Es muy acogedora... Sobretodo el propietario~
- ¿Sí~?

Entrelazó su mano con la mía y nos dimos un corto beso, tampoco era como para ir mostrándole a todo el mundo.

- Anda... Qué rápido se te pasa el mal de amores Arthur...~

No podía ser... De todas las personas del mundo que me podía encontrar tenía que ser él. En cuanto le miré tragué en seco recordando todo lo que había pasado. El corazón se me encogió y lo único que quería hacer en ese momento era huir de allí. Pero Francis apretó más el agarre de nuestras manos y le miré algo confuso.

- Hola Alfred~...
- ¿Qué tal Francis~?
- Bien, de paseo...~

Cada vez me estaba confundiendo más. Francis sabía lo que me había pasado con Alfred, pero desconocía si Alfred estaba al tanto de que Francis lo sabía todo... Me parece que Alfred no sabía nada -esto empezaba a parecerse a una telenovela-.