La noche se había vuelto más oscura, las nubes habían ocultado el manto de estrellas que los cubría para dar paso a los truenos y los relámpagos que lo iluminaban.
La lluvia no conseguía lavar la tristeza con la que cargaba el pueblo, tampoco la sangre del rostro de Arlet. Acababan de salir del bosque,su corazón retumbaba con fuerza, pues escuchaba los pasos de los aldeanos cada vez más cerca. Su intuición la mantenía alerta, sabía lo que sucedería cuando todos la vieran en ese estado. Algo pesado cayó sobre su cabeza, ella se giró para ver a Gerek sin su chaqueta.
Incluso si odiaba a las bestias, o si estaba enfadado con ella por defender ala chica, él le dejaba su cazadora. Había notado como ocultar su rostro la hacía más fuerte, que los demás no pudieran ver cómo le afectaban sus desprecios la hacían más fuerte.
-¡Capitán!
-¿Qué ha pasado?- Se vieron rodeados en unos segundos.
Gerek comenzó a explicarles lo sucedido, pero ella no lo escuchaba. Sus ojos se detuvieron en la persona que reconoció la ropa de la persona que ella cargaba. Algo tan simple como un zapato había hecho que su expresión se congelase.
Realmente compartía la pérdida, pues esa persona no volvería a levantarse, sonreír o hablar. ¿Cómo expresarlo con palabras? Aunque por su cabeza pasaban un millón de frases, ellos no querían escuchar las condolencias de una medio bestia.
Acercándose a él, depositó el cadáver sobre sus brazos, sus ojos se vidriaron, no deseaba ser vista de una manera tan patética. El hombre pudo sentir la fuerza con la que sus brazos lo habían estado sujetando nada más sostener el peso inerte por sí mismo. Su dolor era tan grande que las palabras se quedaban estancadas en el fondo de su ser, donde un inmenso mar de tristeza comenzaba a formarse.
Se alejaba de ellos con cierta dificultad, no quería que nadie notase el corte de su pierna. Terminó arrastrándose al puerto de nuevo,apoyada en una de las cajas de madera barnizada escucho una voz dirigida a ella:
-¿Te encuentras bien?- Alzó la vista para encontrarse con un joven de profundos ojos.
Sus sentiros notaron un olor familiar, suspiró al comprender de qué se trataba:
-Sí, sí- Se enderezó para que quedase claro que ella no era una adolescente de metro sesenta como él.
-No pareces estarlo, acompáñame al barco y te ayudo con esa pierna.
-¿Tienes un barco? ¿Tan pequeño?
-Tengo diecisiete años- Respondió orgulloso- Y no es mío.
-¿Cuándo salís?- Los ojos del joven la miraron pensativo:
-Quizás dos días.
Arlet no podía evitar sentir curiosidad por esa esencia animal que desprendía, sin duda era un bestia, quizás tenía algo que ver con la joven. O quizás sólo buscaba compañía esa noche, en ese mismo instante una voz nombró su nombre en el silencio:
-¡Arlet!- Ella se giró para ver al Capi casi tendiéndole la mano cual caballero al rescate.
-Espero que encuentres a alguien para esta noche- Se despidió ella.
Las mejillas del muchacho se encendieron tan avergonzado, el capitán se colocó a su altura agarrándola por el brazo:
-Aún no llevo collar para que me trates como tu perro- Se encaminó hacia el muelle para subir al barco.
Desde lo alto de las escaleras asomó un soldado que ella jamás había visto, de pelo claro casi blanco y sin mediar palabra la ayudó a subir a la nave. La guió con delicadeza por los pasillos de madera hasta lo que parecía una enfermería. Tan sólo una lámpara de aceite iluminaba la habitación dónde pudo distinguir unas literas vacías. Le indicó que se sentara en una de las camillas, ella obedeció:
![](https://img.wattpad.com/cover/89485068-288-k507800.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Arlet: Historia de una cazarrecompensas
FantasyLa vida de Arlet se resume en malas miradas y el dinero de las recompensas que le permiten comer cada día. Todo cambiará cuando la guardia del consejo se interese por sus servicios. Intentando huir de los "militares" la cazarrecompensas se verá invo...