Quizás no debí jugar con fuego, pensó al estirar su dolorido cuerpo sobre la cama desecha en la cual descansaba. Al abrir los ojos en mitad de una habitación apenas iluminada, sonrió como un bobo al observar que todo aquello que lo rodeaba, era propiedad de Sean. El guardaespaldas aun dormía. Acostado de lado, con un pesado brazo sobre su abdomen, el rostro del hombre permanecía sereno y relajado en mitad de un sueño placentero. El guardaespaldas había cumplido su amenazada. Durante horas fue devorado con glotonería y el no fue capaz de hacer nada al respecto. Luchar en su contra hubiese sido inútil, cuando Sean le otorgo un placer inmensurable con unas pocas, y bien dadas, caricias.
El placer que demostraban esas manos grandes y expertas. La pasión de su dulce boca... Con solo pensar en ello un estremecimiento recorrió su cuerpo, erizando su piel ante el recuerdo. Previamente avisado, no creyó que las palabras del guardaespaldas fuesen tan mortales, hasta que pago las consecuencias de sus actos. Haber alentado a Sean cuando llevaban tanto tiempo de abstinencia, no había sido lo más inteligente que había echo... o si. Todo dependía del modo en el cual lo mirase. Desde su punto de vista, un pequeño grupo de agujetas repartidas por diversos sitios de su cuerpo, merecían la pena totalmente, si el pago era tener el hambre de Sean, desatada sobre su propia piel.
Por los plateados rayos que se filtraban por las diáfanas cortinas que cubrían la ventana de la habitación, dejaba bien claro que aquello no fue una simple siesta y que por el contrario, pasaron horas y horas durmiendo en los brazos del otro. Pero después del recibimiento que tuvo a manos de Sean, era completamente normal caer rendido.
Con la urgencia de usar el cuarto de baño, agarro la gruesa muñeca de Sean, levanto el pesado brazo y se escurrió hacia el borde la cama. Con los pies desnudos sobre el suelo de madera, dio un rápido vistazo al hombre que dejaba sobre la cama y se alejo en dirección al cuarto de baño. Sin molestarse en cerrar la puerta, uso el inodoro y abrió el grifo de la ducha para refrescar su cuerpo. Mientras se enjabonaba, y al deslizar sus manos sobre su piel, se encontró con diversos puntos de placer/dolor. Al mirar hacia su pecho comprobó que, efectivamente, Sean se había ensañado con sus pezones. El maldito guardaespaldas los había dejado rojos por culpa de la atención dada a esa parte de su anatomía. Por la cual parecía tener una fijación extra.
Al mirarlos con atención, soltó una maldición al pensar en lo divertido que sería ponerse una camiseta durante los siguientes días.
Fue rápido enjabonándose, intentando obviar como la espuma se desliaba suavemente sobre su piel húmeda, asemejando los besos de Sean durante esa tarde. Paso fugazmente por las partes de su cuerpo que gritaban por culpa de Sean, se aclaro bajo el chorro de agua templada y salió sacudiéndose el pelo rubio, enviando un millar de gotas, en todas las direcciones. Al envolver una toalla alrededor de sus caderas, salió a la habitación encontrándose de lleno con un par de abrasadores ojos verdes, que lo observaban desde la cama. Silencioso y atento, Sean mantuvo su mirada en el, mientras se movía por la habitación.
--Podrías haberme llamado para ducharnos juntos.
Mirándolo por encima del hombro, aprecio por un momento toda aquella piel expuesta, antes de fijar sus ojos en el rostro de Sean. Arqueando una ceja, se incorporo de su maleta con un par de bóxer y unos vaqueros.
--¿Para qué me atacaras otra vez? No, gracias. Estoy adolorido.
Una lenta y sensual sonrisa, adorno los labios de Sean, convirtiendo su rostro de atractivo, a hermoso. El brillo malicioso y candente que iluminaba sus ojos, era cegador y arrebatador. Creaba sensaciones exquisitas sobre su piel y estaba a punto de hacerle caer una vez más en la tentación de picarle para ser devorado. Pero aunque una parte de si mismo ansiaba estar bajo las atenciones de Sean, otra gritaba por ser él quien pusiese al hombre en órbita con sus caricias. Su lado alfa despertaba, exigiendo un poco de control de la situación, pese a que el estaba a gusto siendo, momentáneamente, el chico de abajo para Sean.
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El Corazón de Sean (Parada Indefinidamente)
RomanceLo primero que sintieron nada mas conocerse, fue una intensa atracción. Ahora, meses mas tarde y con sus ideas mas claras que nunca, Sean y Kyle comienzan a experimentar lo que es una relación de verdad durante las vacaciones de verano. Romance y pa...