Bajo el pesado y reconfortante cuerpo de Sean, miro al techo de frondosas hojas que los cubría del incesante sol y suspiro. Sus manos iban y venían sobre la piel bronceada del guardaespaldas, acariciándolo en un lánguido gesto mientras recuperaban la respiración perdida durante el intenso sexo. Aun podía sentir a Sean dentro de él. Su cuerpo bullía por todas las cosas deliciosas que el hombre le había echo en ese glorioso rato, y el dolorcillo de su primera vez quemaba a un nivel bajo, recordándole que el había sido debidamente amado por su chico.
No esperaba tener su primera vez con Sean en un bosque en las tierras de su hermano mayor, pero bueno... existían cosas que no podían ser planeadas, y ninguno de ellos previno que algo así pudiera pasar a pesar de que Sean iba bien surtido de todos los artículos que podrían haber necesitado y necesitaron, en su primera vez con un hombre. ¡Y vaya hombre! No podía quejarse de nada de lo ocurrido. No se arrepentía tampoco. Se sentía bien haber tenido a Sean moviéndose sobre él, dándole placer bajo esas miradas ardientes cargadas de pasión. Fue espectacular y esperaba poder repetirlo pronto.
Bajo la mirada hacia su pecho al sentir como Sean se movía sobre él. Apoyando las manos a cada lado de su cuerpo tendido, el guardaespaldas elevo su pecho del suyo y lo miro con unos brillantes ojos verdes mientras poco a poco se deslizaba fuera de su cuerpo.
Hizo una mueca. Respiro hondo y se relajo cuando los labios de Sean presionaron suaves besos sobre su pecho y cuello.
--¿Es demasiado doloroso?
--No, pero me arde el culo.
Su guardaespaldas se rio con un rico y profundo tono que erizo su piel con placer. Sin poder resistirse a ello, hundió los dedos de sus manos en el pelo suelto de Sean y lo beso. Sintiendo como su corazón se saltaba un latido ante el atractivo hombre. Vio como Sean cerraba los ojos y suspiraba mientras sus labios formaban suaves palabras murmuradas.
--Prometo ayudarte con eso en casa.
A veces, cuando acariciaba a Sean, sentía que el enorme hombre era como un gato bajo sus dedos. Sinuoso y suave, disfrutaba silenciosamente de las caricias. Como si no pudiese oponerse a su toque.
--Kyle...
--¿Si?
--Para Monstruito. Quiero llevarte a casa y cuidar de ti. Y si sigues acariciándome, no voy a moverme de aquí ¿lo entiendes?
El sonrió. Lo entendía perfectamente, pero eso no hacía que su deseo de moverse incrementara. Estaba bien justo donde estaba, a pesar de que la roca sobre la que descansaba su cuerpo, mordía la piel de su espalda, el cuerpo sobre el suyo compensaba todo lo demás. Incluso el dolor de su virginidad perdida. Con sus ojos puestos en la mirada liquida de Sean, enredando sus dedos en los oscuros mechones de su largo pelo, tiro de ellos como si de un par de riendas se tratara. Llevo sus labios contra los de Sean, sintiendo el aliento del hombre acariciar la tierna carne de sus labios con un bajo y crudo gemido. Aplasto su boca contra el hombre. Podría alimentarse únicamente de los besos del hombre, pero cedió a la necesidad de oxigeno. Echo la cabeza hacia atrás, recogiendo una gran bocanada de aire y hundió la nariz en el cuello de Sean, respirando el rico olor de la piel del guardaespaldas.
--Está bien, gatito, llévame a casa.
--Si no me sueltas no puedo hacerlo.
--¿En necesario?
--Si, cariño, lo es.
Rio Sean, besando sus labios con un corto y demoledor beso. Flexiono sus brazos y se enderezo un poco más sobre él. Acaricio sus muslos con sus grandes manos y dio un corto paso hacia atrás cuando el finalmente lo dejo ir. Los ojos de Sean barrían sobre su cuerpo desnudo, mientras sus dientes hacían preso su labio inferior. Sus ojos decían aquello que su boca callaba y su cuerpo negaba. Él lo quería otra vez. Su deseo era un vivido fuego en sus ojos verdes, algo más parecido a un incendio forestal que a una pequeña hoguera de campamento, y su respiración acelerada acompañaba la tensión de su mandíbula al intentar frenarse cuando apretaba los dientes. Pero no cedió al deseo. Dejándolo solo sobre las rocas que acogían su peso, Sean le dio la espalda en mitad del riachuelo. El por su parte, aunque también lo quería, se conformo con observarle mientras el hombre se deshacía del condón usado. Luego lavo rápidamente su cuerpo y salió de la afluencia con tranquilidad.
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El Corazón de Sean (Parada Indefinidamente)
RomanceLo primero que sintieron nada mas conocerse, fue una intensa atracción. Ahora, meses mas tarde y con sus ideas mas claras que nunca, Sean y Kyle comienzan a experimentar lo que es una relación de verdad durante las vacaciones de verano. Romance y pa...