Despierto a una intempestiva hora en la que ni siquiera los vaqueros abrían sus ojos para comenzar su jornada laboral, Kyle arrastro su cuerpo hacia abajo por las escaleras, sintiendo como todo el mal humor de los últimos días pesaba como dos bloques de hormigón sobre sus desnudos hombros. Caerse del caballo era una hazaña que se podría haber reservado para otro momento en el cual Sean no estuviese cerca, porque desde ese maldito día, dos semanas atrás, el era un preso del guardaespaldas. Parecía mentira que el tipo tuviese solo un par de ojos y no fuese un robot conectado a un millar de cámaras de vigilancia. La pirámide de prioridades del guardaespaldas, lo tenía posicionado en la posición más alta y privilegiada, echando a un lado a una muy embarazada Emma. Algo que sinceramente, lo cabreaba.
Podía entender su preocupación. Se amaban y era normal que se preocupara al verlo volar por los aires como un superman sin poderes, solo para estrellarse contra el suelo con la gracia de un trozo de carne inerte, pero había límites para todo ¿verdad? Y el humor de Kyle, ahora mismo, era tan voluble como el humo. Si Sean soltaba por esa bonita boca cualquier frase que lleve implícita la palabra cuidado, el iba a estrangular al bastardo. Sin importar que amara al hombre.
Ya en la cocina, Kyle se sirvió un enorme vaso de té helado, se hizo un par de sándwiches y se sentó, contemplando la oscuridad que reinaba al otro lado de la ventana. El rancho estaba dormido, tal y como él debería de estar, pero bueno.
Toda aquella tranquilidad, le hizo pensar en los verdes prados que solía cabalgar a lomos de su caballo, uno que tenía terminantemente prohibido ver, al parecer. Pensar en ello solo lo cabreaba, así que muy a su pesar, Kyle suspiro e intento relajar sus hombros, con la única finalidad de no subir de nuevo las escaleras y hacerle algo poco placentero a Sean.
Su tiempo juntos en el rancho estaba llegando a su fin, a medida que el verano iba acabando y el tiempo para regresar a Boston se acercaba como un tren bala. De hecho, los días que le quedaban en Los Ojos de Noah, eran tan pocos que la tristeza comenzaba hacer su camino hacia su garganta, creando un nudo que era difícil de tragar, pero no había nada que pudiera hacer. Por mucho que amara estar aquí, con su hermano, la preciosa novia de este y su pesado, pero increíble novia, tenía que regresar y terminar los estudios que una vez comenzó. Su amor por los animales había prevalecido desde que era un mocoso con dientes de leche, y ahora iba a cumplir un sueño que llevaba años mimando y conversando, pues convertirse en un veterinario, era algo que siempre había querido, pero para ello, necesitaba ir a la universidad y terminar la carrera.
Solo en medio de la cocina, Kyle suspiro. Quedarse no era una opción e irse iba a ser bastante duro, pero bueno... así eran las cosas.
--¿Qué haces despierto a esta hora?
--No estoy intentando huir, si es lo que piensas.
Contesto él, observando como la condensación creaba ríos sobre el vaso de cristal que contenía su té. Sean había bajado las escaleras medio dormido, luciendo únicamente un suelto pantaloncillo corto. El sueño dominaba cada una de sus facciones, dándole un aire vulnerable a unos ojos siempre atentos.
No importaba cuantas veces viera aquellos ojos verdes o la similitud de color con los suyos, la mirada que podían proyectar, era algo que nunca se cansaba de admirar. Y aun en esos momentos, cuando Sean estaban más dormido que despierto, la belleza que teñía su mirada, era espectacular. Sean poseía un aire salvaje que nadie sabía de dónde venía, y que no tenía ninguna intención de explicar. Por ello, Kyle pensó mas de una vez en la posibilidad de que Sean tuviese algún pariente nativo americano.
Sean se acerco, con los ojos entornados a causa del suelo, se inclino sobre él hasta que la piel de su pecho conecto con el hombro de Kyle, solo para alcanzar el húmedo vaso de té que descansaba sobre la mesa. Dio un par de tragos y devolvió el vaso a la madera.
ESTÁS LEYENDO
El Corazón de Sean (Parada Indefinidamente)
RomanceLo primero que sintieron nada mas conocerse, fue una intensa atracción. Ahora, meses mas tarde y con sus ideas mas claras que nunca, Sean y Kyle comienzan a experimentar lo que es una relación de verdad durante las vacaciones de verano. Romance y pa...