Salieron con urgencia del evento, pero el trayecto hasta el hotel y luego hasta la habitación lo tomaron con calma. Aunque de vez en cuando intercambiaban miradas de deseo. Todo se cocinaba a fuego lento, aunque en su fuero interno se morían por lanzarse a sus brazos y besarse con fervor, justo cuando la puerta de la Suite se abrió no hicieron falta palabras, dejaron caer los bolsos al suelo y se abrazaron a la vez que chocaron los labios con vehemencia, Clarke gimió cuando la lengua de la morena rozó la suya y comenzó a batallar, dando trompicones fueron hasta la cama:
– Espera– dijo Lexa casi sin despegar los labios de su boca– espera.
Se moría por hacer suya a la rubia y desde el calentón de la mañana necesitaba entrar en ella, pero también quería disfrutar del momento, de su cuerpo, tanto física como visualmente. Clarke con respiración agitada paró, obedeciendo su petición. Lexa se lamió los labios y juntando sus frentes justificó su decesión de parar:
– Me gusta tu vestido– siguió diciendo casi sin voz y con delicadeza bajó la cremallera de su espalda– quiero quitártelo poco a poco.
– ¿Otro fetiche?
Lexa se mordió el labio a la vez que curvaba las comisuras y asentía con la cabeza:
–No te imaginas, lo mucho que me excita mirarte.
Despacio fue bajando y deslizando sobre su piel el vestido azul, descubriendo cada centímetro y acariciando su piel en el proceso, haciendo que Clarke templara ante las descargas eléctricas que le provocaba, cuando la tela llegó a sus pies y tocó el suelo primero sacó una pierna y después la otra, conservando aun los zapatos, plateados y de tacón alto, realzando sus piernas, Lexa con el corazón acelerado y cierta parte de su cuerpo erecto, volvió ascender acariciando esa parte de su anatomía que tanto la atraía:
– Tienes una forma demasiado dulce para follarme.
Intentó quejarse Clarke, aunque debía reconocer que aquello le excitaba. La ojiverde siguió ascendiendo, acariciando sus senos en el proceso, justo cuando tuvieron las miradas casi a la misma altura:
– Adoro tu cuerpo, Clarke– rozó sus labios– hay una gran diferencia entre disfrutar de ti y utilizarte como un objeto– llevó sus manos hasta la espalda baja y le pegó más– pero si lo quieres de otra forma solo tienes que guiarme– Clarke se humedeció cuando notó su miembro erecto rozar su pelvis– recuerda que ayer fue mi primera vez.
Inconscientemente Clarke sonrió, era cierto fue su primera vez y con ella, quisiera o no, Lexa Woods la recordaría como la primera mujer con la que estuvo. Llevó las manos hasta sus tirantes y los deslizó a un lado para dejar caer su vestido negro, quedando semidesnuda, la ojiazul la miró con lascivia, deteniéndose en el bulto de su entrepierna. Lexa alzó una ceja:
– ¿Otro fetiche?
– Ni te imaginas cuánto.
Dijo agachándose y como hizo la noche anterior primero acarició su miembro por encima de su ropa interior, la respiración de Lexa se tornó irregular, en esa ocasión no se atrevería a quitar la vista de Clarke, quería disfrutar de esas imágenes que le estaba dando:
– Estás muy excitada– empezó a bajar su ropa interior para liberar su erección– me encanta tenerte así.
Tuvo que tragar saliva porque se le había secado la boca, desde ese ángulo era más excitante, sobre todo cuando comenzó a recorrer su lengua por su miembro, hasta acabar en el frenillo, lo acarició varias veces, seguidamente hizo movimientos circulares por el glande, suspirando sonoramente a la vez que movía la cadera en busca de más, no le hizo rogar más y entre pequeñas succiones y movimientos circulares de su lengua comenzó a introducirse el miembro a la boca:
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El diablo viste de Rojo (Clexa AU) (G!P)
FanficLexa Woods en cuanto termina la carrera se va a vivir con su prometida Costia, con quien hizo los votos de castidad hasta después del matrimonio. Respetuosa, tradicional y sobre todo, tiene su vida planeada desde que era joven. Pero su vida comienza...