Capítulo 21

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Un despido injusto que era lo de menos, porque odiaba ese trabajo, el silencio como castigo, para luego aparecer en su puerta y cruzarle la cara acusándola de dejar embarazada a Costia ¿Es que acaso no se percató de su inexperiencia? ¿Cómo narices le había dejado embarazada? ¿por burofax les envió los espermatozoides a los óvulos? Por el amor de dios, la noche que perdió la virginidad con ella lloró, literalmente. La confesó que la quería a ella, no a Costia y aun así, en su arrebato la mandó a la porra, ahora se atrevió de llamar a la puerta y ¿con qué derechos iba reclamando? Se acarició la zona que había recibido el impacto:

– Ya veo, tanto decir que le ibas a dejar– siguió acusando– no solo sigues prometida, le vas a dar un hijo.

¿Prometida? Tendría que hablar con Costia sobre aclarar ese punto:

– Me da la sensación de que diga lo que diga no me vas a creer– se apoyó en la puerta– te dije que te quería, que quería estar contigo y me mandaste a freír espárragos– de todas formas se lo dijo, lo que hiciera Clarke con la información era cosa suya– estás muy equivocada, ese niño lo único que tendrá mío serán los apellidos– en su voz se pudo notar la decepción– pero para nada lleva mi sangre ¿se te ofrece algo más? Voy a seguir buscando trabajo.

Clarke quedó desconcertada:

– Si no es tuyo ¿por qué te vas a hacer cargo de él?

– Hay ciertos de asuntos que no me conciernen divulgar– cerró los ojos y suspiró abatida– estoy cansada de tus idas y venidas de tus normas absurdas, Costia me manipula y de cierta forma tú también– se relamió los labios– supongamos que te digo que no es mío y me crees, ¿qué vas a hacer? ¿te vas a quedar? O ¿seguirás negando que también me quieres? Vamos Clarke, la pelota está en tu tejado– dijo de forma desafiante– pídemelo, pídeme que lo intentemos seriamente.

Solo se había ofrecido a ayudar con el bebé de Costia, pero ya nada más la ataba a ella, estaba dispuesta a intentarlo con Clarke, pero ésta después de escuchar a Lexa dio unos pasos atrás:

– Tienes razón, Lexa– Por unos segundos la ojiverde se sintió esperanzada, dio unos pasos hacia adelante e intentó agarrarle la mano, pero Clarke la apartó– no te creo.

Se giró y se marchó por el pasillo, Lexa agachó la cabeza y sintió sus ojos humedecerse. Se sentía como una autentica estúpida, después de todo Clarke, al comienzo de todo ya la avisó que no quería nada de amor. Suspiró entró en la casa e hizo algo que no hacía durante mucho tiempo, descolgó el teléfono y marcó un numero:

– Hola– la humedad de sus ojos comenzó a pesar– Costia está embarazada y no es mío– se quitó las lágrimas con el reverso de la mano– ¿Puedo regresar a casa?

En un principio creía que sería capaz de intentarlo, el cuidar el hijo de Costia, pero Clarke conseguía romper su alma en mil pedazos, era curioso, porque meses atrás pensaba que ese poder lo tendría la que fue su prometida, pero resultó ser una rubia con mal carácter y bipolar. Cuando Clarke regresó a División Models se encontró con la última persona que quería ver. Costia estaba en la puerta de su despacho. La chica amplió una sonrisa:

– Señora Griffin.

Saludó formalmente mientras que la rubia intentaba ocultar sus nauseas, las que le generaba la presencia de su empleada y literalmente, hablar con Lexa le había generado mal estar ¿Cómo creerla? Su palabra no tenía mucho valor, después de todo había sido infiel a su prometida embarazada ¿quién le aseguraba que no le sería infiel a ella? Ya nada era seguro, hasta su exmarido el que se pasó años jurándole amor le demostró que el "por siempre jamás no existía" Clarke entró en el despacho:

– ¿Qué quería señorita Hall?

– Señora Griffin– comenzó mientras seguía a Clarke dentro de su despacho– verá mi prometida y yo vamos a tener un hijo.

El diablo viste de Rojo (Clexa AU) (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora