Capítulo 10

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Cuando Lexa despertó Clarke ya se había ido, se estiró desperezándose, miro la hora y se sorprendió cuando vio que era medio día, después del despertar movidito de esa mañana, se había quedado bien exhausta. Se duchó, se acicaló y llamó a Costia, no sabría qué horas serían en Milán, pero en la noche la había llamado y claro que quiso atender su llamada, pero Clarke estaba mal y no iba a dejarla delado para cotillear con la prometida, en esos momentos de espera en el que sonaba los tonos de teléfono, se le pasaba por la mente "¿si termino la relación con Costia?" aunque hacerlo por teléfono o videollamada sería de cobardes, bastantes malas decisiones había tomado en los últimos días, para hacer eso mal también, Costia no se lo merecía, al menos mirarla a la cara y recibir sus miradas de odio, decepción y todo lo que se merecía, lo malo es que trabajaban en la misma empresa, sería incómodo, en plan, bueno aunque nadie lo sabe me garcho a la jefa, mientras mi ex llora por los rincones, o al menos Lexa pensaba que Costia la quería tanto como para llorar por ella. En ese instante fue la misma Costia quien no le cogió la llamada. No sabía qué hacer ¿Se acercaba a la suite? Tenía que ver a Clarke para saber cuándo prepararse y que tenía que hacer en la siguiente reunión ¿Para qué buscar escusas le quería ver? no era una experta en el sexo y a eso de "follar", pero juraría que esa mañana hubo algo más ¿cariño? Se armó de valor y se acercó hasta la suite ¿a quién se encontraría? A mr. Hyde o mr. Jekyll.

Mr. Jekyll abrió la puerta, con un traje de Chanel color negro, se había hecho un moño y sus ojos se escondían detrás de unos anteojos de pasta color marrón oscuro ¿Por qué digo Mr. Jekyll? Su mirada daba miedo. Dejó la puerta abierta y sin decir ni una sola palabra fue a esconderse detrás de su portátil. Lexa precavida entró y cerró la puerta tras de sí:

– Ocurre ¿algo?

– Sí, dos cosas– dijo enumerando con los dedos– La primera, en el desfile se han infiltrado la información de que me toca sentarme al lado de Ontari Collins y la segunda....

– ¿Collins?

Preguntó enseguida Lexa. Ese era el apellido que le dijo Clarke la noche en que se conocieron. La rubia se llevó la mano a la frente, se había olvidado de ese detalle, la morena caminó de un lado para el otro nerviosa, al parecer Clarke no era la única que tenía por costumbre mentir sobre su apellido, si no que su competidora también:

– Me dijo que era Ontari Fish.

Clarke se encogió de hombros:

– Era su apellido de soltera.

– ¿Por qué narices usaste el apellido Collins cuando nos conocimos?

Preguntó algo enfadada:

– Porque cuando pienso acostarme con alguien que solo veré una vez no le suelo decir mi verdadero nombre, eres demasiado inocente.

– ¿Por qué Collins?

Clarke suspiró sonoramente, se quitó las gafas y se llevó los dedos pulgar e índice y al tabique nasal. Total, posiblemente el cornudo de Finn estaría acompañando a la zorra de su mujer:

– ¿Clarke?

Insistió la morena y terminando de irritar a Clarke que no midió el volumen de su voz:

– ERA MI APELLIDO DE CASADA.

Respondió gritando.

Flashback

A Wells le costó mucho que Clarke hablase, pero con mucha paciencia al final lo consiguió. Obviamente solo hablaba con él. En la casa de acogida pasaban muchos niños, pero los únicos que parecían resistir eran Wells y la rubia, dos años en esa casa, Abby y Jake estaban encantados, nunca habían podido tener hijos biológicos y ambos chicos no era para nada escandalosos, ni se metían en líos. El tercero en llegar fue Jason, sus rasgos faciales recordaban a un velociraptor, era de constitución delgada y tenía el pelo moreno lacio. Tal como llegó Clarke, éste tampoco hablaba mucho, quizás fue esa una de las razones por las que al final encajaron. A lo mejor Wells tenía madera de salvador, porque los niños crecían y consiguió que hablase:

El diablo viste de Rojo (Clexa AU) (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora