Cap XXII

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El día de juegos en el parque de diversiones se estaba pasando literalmente rápido. Después de estar en los juegos de mesa quise ir de una buena vez a los juegos mecánicos por que sé exactamente que mi sorpresa estaba ahí, así que le dije a Guillermo para ir y esta vez aceptó.

Guillermo: ¿Sabes? Me encanta cuando te enojas.

Leslie: ¿Enserio?

Guillermo: Sí; nunca te lo dije, pero me encanta verte enojada. Cuando estás así es como ver a una niña pequeña enojada porque le quitaron su dulce.

Leslie: ¡No soy una niña!

Guillermo: Tranquila mi pequeña enojona.

Leslie: Vale... ¿Te dan miedo las alturas?

Guillermo: Para nada. ¿Y a ti?

Leslie: Uhm... No, no me da miedo.

Guillermo: ¿Segura?

Leslie: Sí... Segura.

Guillermo: Bueno. Entonces, ¿No hay problema en que subamos a la montaña rusa?

Leslie: ... Para nada.

Guillermo: Vale, entonces vamos a la montaña.

Leslie: Espera... ¿Y si algo malo pasa en el juego?

Guillermo: Tranquila, cariño. Te cuidaré ¿Vale?

Leslie: Está bien.

Guillermo y yo fuimos a hacer cola y por suerte (o por desgracia) no había mucha gente esperando. Estuvimos esperando cinco minutos hasta que llegó nuestro turno de subir. ¿Por
qué le dije que no tenía miedo a las alturas? Claro que le tengo miedo. GRRRRR, espero no llorar.

Guillermo: Después de ti. -dice apuntando hacia nuestros asientos.

Leslie: Já. Já. Qué gracioso. - Digo mientras me siento.

Guillermo: Te quiero pequeña.

Leslie: Yo igual.

Guillermo también se sienta y después de unos 2 minutos el tren se empieza a mover. Estoy aterrada y espero, en serio, que no pase nada malo. Me estoy divirtiendo con Guillermo y no quiero arruinar nuestra... ¿Cita?


Diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora