Tengo a Kagome en mis brazos desangrándose. Estoy totalmente perdido, la miro y siento que muero con ella. Sin pensarlo más corro con ella hacia la aldea de la anciana Kaede. Todos me miran extraño y yo solo quiero llegar a la estúpida cabaña, al parecer hoy está mas lejos que de costumbre, cuando entro todos mis amigos posan sus vistas en mi, Sango es la primera en reaccionar.
—¡Kagome!—viene hacia mi y sus ojos se llenan de lágrimas.
—Miroku busca a la anciana Kaede—él asiente y se marcha en su búsqueda.
—¿Qué le ocurrió inuyasha?—pregunta dolida.
—Trató de salvar a Sesshomaru y a mi—acomodo a Kagome y paso mis manos por mi cara.
—¿A Sesshomaru?—se sorprende bastante.
—Larga historia y yo no tengo fuerzas para contarla—Kaede entra y trae consigo hierbas medicinales.
—Necesito que salgan todos—hacemos caso y salimos, veo que Kkkyo está muy pensativa.
—La buscaste—mi vista cae en ella.
—No—respondo—ella me necesitaba.
—Pero la buscaste—veo rencor en su mirada.
—Siempre acudiré a ella, entiendelo, amo a Kagome, es la persona que esperé, creo que ya te lo dije—hablo cortante, me duele hacer esto, pero ella ya dijo la última palabra.
—Inuyasha—la voz de Sango me hace mirarla. Sus vivos ojos marrones están totalmente apagados.
—Sango—al escuchar mi voz se lanza en mis brazos.
—No quiero perderla—solloza—ella fue la primera persona que después de la muerte de mi familia y de los aldeanos de la aldea de los exterminadores, que confió en mi, que me dio su amistad—lágrimas caen por el rostro de Sango y me duele que este en este estado—Kagome no puede morir, ella es luz, y si la luz se apaga quedaremos en oscuridad—cada palabra que sale de sus labios es una daga a mi pecho.
—Ella saldrá de esto—susurro en su oído, hago que me mire—Kagome es bastante fuerte como para dejarse caer, ella todavía tiene muchísimas cosas por lo cual no se dejará caer—le digo, aunque las palabras que salen de mis labios son para que yo mismo crea en ellas—ella luchará para recuperar la memoria, para recordarlos, para patearle el trasero a el maldito infeliz de Naraku—una suave risa brota de su garganta—le hace falta escucharme decir todas las cosas que quiero hablar con ella, tiene que reprender al tonto de Miroku por estar de libidinoso, tiene que cuidar de Shippo ya que ella es su madre—siento mis ojos cristalizarse—tiene que visitar a su madre y a Sota, tiene que...
Mis palabras quedan justo ahí, hay demasiado dolor como para seguir hablando, me encantaría ser yo quien este ahora con una herida en mi estómago y no ella, además gracias a que soy un hanyou mis heridas se curan mas rápido. Ella es una simple humana, aunque tenga un grandioso poder espiritual, aunque sea la reencarnación de una sacerdotisa, Kagome sigue siendo humana.
—¡AH!—un grito me saca de mis pensamientos.
—Kagome—susurro. No importa que la anciana Kqede me haya dicho que no entre, que me haya echado hace un rato. Entro y lo primero que veo es a Kagome acostada, su piel clara está más pálida de lo normal y eso solo consigue que me altere más, sus hermosos ojos chocolates están cerrados, su ceño fruncido y una mueca de dolor que alarma mi sistema. Veo que le quitaron la parte superior de su ropa, dejándome ver esa tela que cubre sus pechos. Tiene muchas hierbas medicinales en el estómago.
—Fui muy clara al decir que no quería a nadie aquí Inuyasha—Kaede me reprende y yo solo suerto un bufido.
—Yo no sigo las reglas, creo que ya deberías de saberlo—ella me da una mala mirada para concentrarse en Kagome.
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Ángel De La Muerte
FanfictionKagome vuelve al senguko con sus amigos e Inuyasha, en una pelea contra Naraku pierde la memoria, ahora Naraku utiliza ese problema para manipular a Kagome. ¿Aceptará Kagome? No copiar la historia, es una historia original mía. Pero los personajes s...