Capitulo 7

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Reventó el globo que había hecho con la goma de mascar, haciendo un sonido hueco en la habitación. Hace rato que no le quedaba nada de sabor, pero masticaba el dulce de manera inerte, como para aplacar la ansiedad de la que era víctima en ese momento. Había dormido muy poco durante la noche y es que se daba vueltas y vueltas en las sábanas y no, no era producto del calor que comenzaba a asechar más y más, con la evidente llegada del verano.

Sencillamente no podía sacarse a Edgar de la cabeza. Ni a él, ni a sus serenos ojos azules, ni su voz plana, ni su estúpida manía de sobre analizar todo. No podía dejar de pensar en las veces que estuvo ahí para defenderla, o para aplacar su llanto cuando lo necesitó. Eso no estaba nada de bien, lo extrañaba y mucho. Tomó por enésima vez la revista juvenil del momento, para contestar el test: "Descubre si realmente estás enamorada de tu galán". Realmente una porquería ¿Para qué? Ya le habían mostrado los resultados, un sí rotundo al menos unas diez veces. Además, no necesitaba un estúpido test para saberlo ¿qué no era ya, demasiado obvio?

Lanzó la revista a volar por la habitación, se incorporó lentamente en la cama y dio un suspiro desanimado. Comenzó a rebobinar todo lo acontecido en las últimas semanas y días. Hasta que recordó unas palabras dichas por Mex: "Su vida no ha sido fácil, pero no me corresponde a mí hablarle de ello…" Seguro la Piedra Filosofa tenían que ver con esa frase, era lógico, ¿no? De otra manera ¿Cómo explicar el arranque de rabia del que fue víctima, con sólo nombrarla? Quería que él le contara, pero al parecer era un tema tan delicado que debía tener más tino a la hora de abordarlo, no como ese día. Bueno, si es que se presentaba la oportunidad de volver a intentarlo. Edgar ya había amenazado con irse y ella sabía muy bien que con lo determinado que era el rubio, lo más probable es que lo hiciera. Aunque quizá no era muy tarde para hacer algo al respecto.

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Para el Flamer los últimos dos días habían sido un suplicio, estar 'a cargo' de la mansión no era solo 'cuidar' de Dalia. También significaba hacer trámites, llamados telefónicos, arreglar reuniones con gente importante dentro del mundo de la mafia y un larguísimo etcétera que lo mantuvo alejado de lo que a su juicio, era realmente importante ahora.

Las veces que se cruzó con Dalia fueron pocas, y esas pocas veces ella estaba acompañada de Eliza. Además siempre le dedicaba esa mirada llena de arrepentimiento y tristeza que sólo le hacía sentir más culpable. Había sido muy rudo con ella y lo sabía. Se sentía un imbécil por todo lo que le había dicho aquella tarde, arruinando por completo la cita que habían tenido.

¿Cómo iba a saber Dalia acerca de la masacre de la que fue víctima su pueblo? Intentaba no darse cabezazos contra el escritorio mientras se lo preguntaba. Se jactaba de ser un hombre muy maduro, pero su reacción estuvo lejos de serlo. "Ya no es momento de lamentarse, ve y haz algo" se reprochaba a sí mismo. Sin embargo ya habían pasado dos días del incidente. Dos días en los que además de estar muy ocupado, inconscientemente había tratado de evitar cualquier tipo de contacto con la peli-rubia. Era muy probable dada su forma de ser, que ella no quisiera verlo ni en pintura siquiera, pero eso no iba a detenerlo.

Se revolvió el cabello pensando que estaba realmente jodido. Nunca pensó que una mujer podría tenerlo en la condición que lo tenía Dalia Aragón: pensando en ella todo el bendito día. Y eso que no había pasado un tiempo considerable —bajo su punto de vista— para que las cosas estuvieran así. Hasta había bajado la guardia, contándole a Isaac todo y eso que él mismo se juraba la discreción personificada.

Realmente le hacía falta la chica; sus risas, sus miradas juguetonas, sus comentarios algo desubicados a veces, su forma divertida de ver la vida. Incluso, se atrevería a decir, los arranques de niña que le daban de vez en cuando. Era como si Dalia en conjunto, lo complementara, le daba la impresión que le entregaba el toque de vida que a él le faltaba. De pronto se imaginó que su situación se asemejaba bastante, a como se sentía Megan respecto a Kelly.

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