—¡Está delicioso!— Exclamó Dalia mientras probaba el pastel de fresas. —Mi favorito siempre había sido el de chocolate, pero de verdad que sabe exquisito. Qué buen gusto tienes— Dijo dedicándole una sonrisa al Flamer.
Edgar le devolvió la sonrisa a medias. —Entonces para la próxima, podrías pedir el de fresas en lugar de tener que meter tu cuchara en mi plato— Trató de que eso sonara con el mayor tino posible. —No te lo tomes a mal, es solo una costumbre— Añadió al ver que a Dalia no le había gustado mucho aquel alcance.
Pero lejos de enojarse, Dalia echó a reír. —¿En serio te molesta?
Edgar asintió. —Distintos tipos de virus se transmiten de ese modo ¿sabías?— Afirmó orgulloso de su nivel de conocimiento.
—Es ridículo— Dijo la peli-rubia ahora carcajeándose. —De ser por eso, mejor no me beses más ¿No habías pensado en eso eh, sabelotodo?
El Flamer terminó por reír con ella, pues no había caído en ese detalle. Sucede que Megan y Kelly tenían la misma manía pero claro, con ellos no se besaba. —Es sólo que…
—Soy la primera chica con la que sales— Dijo haciendo un ademán con la mano. —Pues tú también eres el primer chico con el que salgo, Edgar. Papá nunca dejó que me viera con chicos, aunque recuerdo que muchos hombres importantes querían prometer a sus hijos conmigo, ya sabes cómo les convendría para aumentar sus respectivas fortunas. Pero papá siempre me quiso sólo para él. Es muy sobreprotector o al menos así era antes— Rodó los ojos. —Me pregunto cómo estará ¿Has sabido algo de él? ¿Te ha llamado siquiera?
Edgar negó con la cabeza. —No, y no es algo que me tenga muy tranquilo a decir verdad. Ha pasado una semana y media desde que se fue.
—Estará muy ocupado, imagino. Seguro andará en alguna mala inversión, como ya es costumbre, réstale importancia— Dijo dando un suspiro. —¿Qué irá a decir, cuando se entere que estamos saliendo? Porque… Vamos a decirle ¿O pretendes que me escabulla a tu habitación durante las noches para poder verte?
El rubio dio un largo sorbo a su mokaccino. —Estará fuera un mes, Dalia. Tenemos tiempo para pensar en ello, pero por supuesto que debe enterarse.
Ya habían pasado varios días desde que aquelproblema, y las cosas estaban relativamente tranquilas. Edgar había intentado en infinitas oportunidades, sonsacarle a la peli-rubia eso que quiso ocultar acerca de la colección de partes humanas. Sentía mucha curiosidad por oír lo que tenía que decir al respecto, seguramente Dalia saldría con alguna historia escalofriante, pero la muchacha se iba de negativa en negativa y cuando el Flamer insistía mucho había problemas, Dalia se ponía de muy mal talante. Definitivamente era un tema delicado, sino no sería necesario que evitara el tema cada vez que él trataba de tocarlo.
—No quiero ser insistente, pero Dalia me gustaría saber…
La peli-rubia volvió a rodar los ojos, mientras le daba el último trago a su jugo de naranja. —No podré librarme de ello ¿Verdad?— Dijo medio en broma, medio en serio. —Supongo que es algo justo. Bien pero no es algo muy bonito de saber, quizás después quieras salir huyendo— Hizo un gesto como de estar por decir algo realmente espeluznante. Edgar soltó una risita. —Bueno todo comenzó cuando…
Pero no pudo ni comenzar su relato, cuando fue interrumpida por la garzona. —¿Van a desear algo más?— Preguntó dirigiéndole la mirada exclusivamente a Edgar.
Dalia pudo notar cómo la mujer no le quitaba la vista de encima, con una mirada lúdica e insinuante. Además, jugueteaba con su cabello mientras hablaba. Claramente el rubio no era consciente de ello, era demasiado distraído en esas cosas o sencillamente, no le prestaba atención.
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Fuera De Esquema
RomanceDesafortunadamente, su único amigo en ese lugar se encontraba fuera de la ciudad, debía cumplir unos encargos y estaría de vuelta mañana. Necesitaba hablar con alguien respecto a aquella tarde, que dicho sea de paso, no terminó de la mejor forma. Qu...