Quien dice dormir, dice desaparecer. Y es que dormir no es descansar, sino abandonar la realidad, huir de ella. Cambiar el mundo de los vivos por el mundo de los sueños. El mundo onírico; aquel único mundo del que somos dueños pero no controlamos. Ese mundo somos nosotros, y morimos en él. Morimos dentro de nosotros mismos, dentro de nuestras cabezas, de nuestras mentes, y cuando despertamos seguimos viendo la realidad como un espejo agrietado.
Pero el mundo onírico no es un hogar, sino una escapatoria temporal de la realidad, a la que siempre volvemos cuando nos cansamos de vivir y morimos para soñar.
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Susurros
De TodoEsto es sólo el diario de las emociones de una chica adolescente con exceso de pensamientos, plasmados en tinta y palabras.