Narra Leah
Me desperté emocionada ya que hoy era 31 de octubre, lo que significaba que sería nuestra primera visita a Hogsmeade. La habitación estaba vacía, algo raro, pero no me preocupe.
Había esperado este día desde el momento en que puse un pie en el castillo, e incluso antes, ya que mi tía Bella, me contaba las anécdotas que había tenido en esas visitas con sus amigos mortífagos antes de salir del colegio.
Traté de no mirarme al espejo mientras me peinaba, ya que todavía no soportaba ver las cicatrices que habían en mi rostro, todo por la culpa de un torpe e insignificante elfo doméstico.
Al bajar a la Sala Común, tenía en mente ver a mis amigos esperándome, pero sólo estaba Lovegood, y no se veía necesariamente contento.
—¿Qué haces tú aquí? —le reclame— ¿dónde están los demás?
—¿Tienes idea de la hora que es? —me inquirió molesto
—No soy un reloj, así que muévete —lo empuje—no quiero que me atrases, por si no sabías hoy es mi primera visita a Hogsmeade.
Lo escuche reír, mientras me anunciaba:
—Todos ya se fueron.
—¿Estás bromeando, no? —le dije mientras lo miraba fijamente— mis amigos no me dejarían...
—Lo hicieron —me dijo secamente.
—Vamos por los carruajes, tal vez...
—Aun no volvieron...
—Podría ir a buscar al profesor Snape, tal vez él pueda...
—Todos los maestros están en Hogsmeade...
—Mi padre se enterara de esto...
Matthew rio sarcásticamente:
—Tu hermano me dejo a cargo de ti, porque tu padre no firmo tu permiso para ir a Hogsmeade.
—¡¿QUE?! —apreté los puños— ¿de qué hablas?, mi padre y mi hermano jamás me harían eso, tu solo...
—Es la verdad, tu madre me lo dijo: no quiere que te distraigas en un lugar como ese, tienes que prepararte para ser una buena heredera de los Malfoy, dijo que solo puedes andar con Nott, ya que te casaras con él en un tiempo y no se qué cosas más...
—¿ACASO QUIEREN DESTRUIR MI VIDA? —grité— ¡jamás me casare con Nott!
Y salí corriendo, no me detuve hasta llegar al Lago Negro, donde caí rendida y rompí en llanto.
Nada de lo que quería hacer estaba bien para para mis padres, ellos controlaban mi vida, me sentía encerrada en una jaula donde todos manejan mi vida a su antojo.
Soy diferente a mis padres, y aunque quisiera cambiarlo, no puedo.
Solloce más fuerte.
—Es una muy linda tarde, ¿no crees? —una voz interrumpió mis pensamientos.
Levante la cabeza, y no pude evitar contener la sorpresa:
—¿T-tú?
Era uno de los gemelos pelirrojos del equipo de Gryffindor, los que se pusieron del lado de Angelina para defenderme.
Trate de hacerme la fuerte y deje de llorar, me mordía la lengua para no sollozar...
El chico se sentó a mi lado y se apoyó en el tronco del frondoso árbol que había encima de nuestras cabezas.
—No tienes de qué avergonzarte por llorar, somos seres humanos—me miró fijamente a los ojos, como queriendo descubrir algo.
Baje la mirada y estalle en llanto otra vez, me avergonzaba que alguien al que solo habia visto una vez en mi vida me viera en este estado, pero no me importo.
—¿Puedo hacer algo para que dejes de llorar? —me pregunto, luego de unos minutos.
—M-ma-t-tar-m-e—le respondí apenas pudiendo articular palabra.
—Sería un desperdicio matar a una chica tan linda como tu...
Levante la mirada y cargada de rabia le dije:
—¡¿Que ves de lindo en este arruinado rostro?!, —apreté los dientes, apuntándome a mi misma— ¿tienes algún problema de la vista?
—Si hablamos de problemas, tú eres la que tiene uno, si no, ¿por qué estarías llorando?
Abrí la boca para responder, pero me interrumpió:
—Tus labios son apetecibles —sentí su mirada en mi— en realidad no hay nada de ti que no me guste, excepto que llores.
No pude evitar sonrojarme, pero supe ocultarlo bien.
—¿Me dirás que te pasa o tengo que averiguarlo por mí mismo?
Suspire y tome aire antes de hablar:
—Mis padres son el problema, controlan mi vida, quieren que sea como ellos, créeme que lo intento pero no puedo...
No pudo seguir hablando, ya que el chico se había abalanzado sobre mí, estrechándome entre sus brazos.
—No cambies, por favor... _me dijo simplemente.
Un buen rato nos quedamos abrazados, luego de eso me sentí en confianza con él, que podía hablarle lo que sea y que no iba a juzgarme.
Charlamos, y reímos mucho, el sin duda alguna era la persona más alegre y divertida que había conocido nunca.
El chico tenía comida, ya que acababa de atacar las cocinas y los elfos se habían asegurado de que llevaba lo suficiente para subsistir una semana.
_Me gustaría saber cómo te llamas... —le dije mientras comíamos pastel de melaza.
El sólo se limitó a reír.
—¿Quién lo diría?, Leah Malfoy hablando y riendo con un extraño y encima Gryffindor...
No pude evitar sonreír y pensar que era cierto, era el primero que sabía mi problema y ni siquiera sabía su nombre.
—Soy Fred. —soltó finalmente
Fred. Fred. Fred. El nombre resonaba como un eco en mi cabeza.
Sólo pensaba: lindo nombre, como él.
Sacudí la cabeza...
¿Qué estaba diciendo?.
Escuché unas pisadas fuertes a lo lejos. Alguien se acercaba corriendo.
—Leah, te busque por todas partes, no sabes cuánto... —comenzó hablando Lovegood como podía, ya que respiraba entrecortadamente mientras acezaba.
El pelirrojo de paró de golpe.
Matt y Fred se miraron a los ojos, desafiantes. Era casi como si sólo estuvieran ellos dos, casi.
_Lovegood _escupe el pelirrojo con rabia.
_Weasley_le responde el otro de la misma manera.
Esperen...
_ ¡¿WEASLEY?!_ fue mi turno de exclamar.
No podía ser, no, no, no. Imposible. ESTOY OFICIALMENTE MUERTA.
Acababa de contarle mis más grandes miedos y secretos a una persona desconocida, que, para colmo, apellida Weasley; Fred era de la familia de pelirrojos pobres y traidores a la sangre que mi familia tanto odiaba... ¿Cómo pude ser tan estúpida?.
Los dos me miraron extrañados y sorprendidos, seguramente ya recordaron que yo también estaba allí.
Miré fijamente a Fred, de arriba a abajo: su cabello, su ropa, tenía que ser un traidor a la sangre.
Me abofeteé mentalmente: ¿Cómo no me di cuenta antes?, ¿qué iba a hacer ahora?, ¿qué sería de mi si a Fred se le ocurre contar todos mis secretos?...
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Espiando gemelos pelirrojos
FanfictionLeah Malfoy espera que su tercer año en Hogwarts sea normal pero la llegada de Sofia y Matthew marcarán algo importante en su destino. Bromas al doble y cabellos naranja invadirán sus vidas, una Slytherin, una Hufflepuff y dos Gryffindors, sin duda...