Asilo del silencio (TERMINADA)

Capítulo 8 - ¿Qué te hace ser un psicópata?

          Existen unas series de pruebas que hacíamos en la universidad en tono de broma pero que no dejan de ser escalofriantes y un poco ciertas. Una de ellas narra la historia de una joven que estando en el funeral de su madre ve a un chico que no conoce y como amor a primera vista ella dice que es el chico de su sueños esta chica se enamora completamente de él.

          Un par de días después, la chica mata a su hermana la gran pregunta era ¿por qué lo hizo? Todos intentábamos responder esta pregunta sin saber la respuesta, todo era para saber si acertábamos con la respuesta que nos hacia ser un psicópata. Recuerdo que yo siempre supe la respuesta incluso antes de que me la dijeran. La respuesta era simple para un psicópata; la chica mató a su hermana porque en el funeral de su mamá no se había atrevido a hablarle al chico de sus sueños y tenía la esperanza que con la muerte de su hermana se hiciera otro funeral donde este chico asistiría y tendría otra oportunidad de decirle todo lo que sentía. 

          Una niña de tan solo catorce años ya pesaba sesenta y cuatro kilogramos y aunque su familia era pobre y su padre no estaba, la madre ausente para mantenerla a ella y a sus hermanos trabajaba día y noche como prostituta, Como cualquiera ha sufrido esta chica era acosada, todos le llamaban pequeño cerdito. Estaba siempre muy triste y aunque quisiera dejar de comer o comer sano no podía, su madre siempre le daba todo tipo de comida chatarra ya que no tenía tiempo para prepararle comida sana y ella nunca la rechazaba además su estatura era de casi un metro cuarenta por lo que las burlas eran cada vez peores.

          A pesar de que sus hermanos eran gordos también. No dudaban de burlarse de ella cuando tenían la oportunidad, sin un padre que la aconsejara y una madre muy trabajadora y ausente la chica un día optó por quitarse la vida e intentó lanzarse de un pequeño puente que se encontraba a las afueras de la escuela de donde ella estudiaba lo que ella no sabía es que el río había crecido y al caer y cerrar sus ojos se halló en un lugar oscuro.

          Luego despertó, un chico que era un paciente de la clínica la miraba pero no de la forma que la solían mirar aquellos chicos de la escuela la miraba con aprecio y preocupación, Ahora se encontraba en una clínica. Había sobrevivido y unos señores la habían traído a la clínica.

          Su madre al verla toda lastimada en aquella camilla juró dedicarle más tiempo. Ninguno de sus compañeros la visitó. Su única compañía era aquél chico que no podía hablar y que le escribía pequeñas notas de ánimo « Eres hermosa, me encantan tus ojos»
El tiempo pasó y sus heridas sanaron y el chico iba siempre desde su habitación a la habitación de ella para verla. Hasta que llegó el momento en el que ella ya podía salir de la clínica la iban a dar de alta. Prometió ir a la clínica a visitar a su amigo mudo Alberto y lo cumplió, todos los días salía a la clínica a visitarlo.

          Alexandra visitaría a Alberto por mucho tiempo hasta que finalmente un día no lo encontró, este había dejado de respirar. Cáncer fue la causa de su muerte. Alexandra no sabía que el estuviese muriendo de cáncer quizás como Alberto no veía solo lo superficial en Alexandra. Ella tampoco veía la enfermedad en Alberto.

          Alberto le dejó una carta que describía los preciosos ojos grises de color tormenta de Alexandra y como conocerla le había dado alegría los últimos días de su vida, también le decía que lo físico no era lo más importante, pero sí para ella era tan importante podía luchar por ser tan bella como quería. Desde ese momento Alexandra decidió ser tan hermosa como Alberto la describía y como ella quería.

          Tres años habían pasado y la descripción de la mujer perfecta sería el término correcto para Alexandra Banks que con tan solo diecisiete años era toda una mujer de un metro setenta y tres con rostro con la simetría perfecta Proporción áurea nariz perfilada y pequeña, piel tan suave y blanca como pequeñas nubes, unos labios realmente gruesos de color rosado que toda chica envidiaba y todo hombre deseaba su cuerpo notablemente más desarrollado y firme que el de otras chicas, senos firmes y curvas por todos lados esa figura de reloj de arena, cabello castaño oscuro que brillaba tanto en el día como en la noche le llegaba hasta más allá de sus hombros era como la describían los demás.

          Pero a esta chica lo único que le gustaba y aceptaba de sí misma eran esos ojos grises color tormenta tan profundos que no parecían normales estos le recordaban a su madre y también al joven Alberto, estos ojos le subían el autoestima pero a su vez la llenaban de tristeza.

          Su madre dedicó su vida a darle todo lo que ella necesitaba. Y utilizaba cualquier método para lograrlo lo que Alexandra agradeció. Pero a su vez sentía una gran decepción por los métodos con los que lograba conseguir aquél dinero que esa familia sin un padre necesitaba. La venta de drogas y la prostitución era lo que traía el dinero a la casa.

          Un día su madre fue conseguida ahorcada con una pequeña soga, Su madre parecía feliz ante los ojos de sus hermanos y de sus amigos pero a veces las apariencias engañan. Alexandra ahora sin una madre decidió continuar con su objetivo.

          Por eso Alexandra la mayor de sus tres hermanos a sus diecisiete años de edad tuvo que afrontar muchos retos.

          Dedicó su vida al modelaje y todos admiraban su belleza aunque ella nunca se sintió realmente bella y aunque toda su vida tuvo oportunidad con cualquier hombre que deseara tampoco le interesó, incluso se sentía más atraída hacia las mujeres. Le encantaba la belleza de las mujeres su piel, sus caderas su manera de ser.

          Muchas veces se preguntó porqué su padre les había abandonado, quizás su madre no fue lo suficientemente hermosa. Pero sabiendo todo esto decidió mantenerse pura, la sexualidad no le importaba solo le importaba ser bella.

          Cada vez que se veía en el espejo solo podía ver a aquél cerdito es como si la imagen que ella tenía de sí misma fuese la peor; brazos gruesos, nariz torcida y muy gorda como si en el interior se sintiese de esa forma.

          Alexandra hacía ejercicios sin parar lo que la hizo ver aún más tonificada y hermosa pero no se detendría allí, intentaba dejar de comer. Su patrocinadora una vez le dijo que una modelo no debería pesar lo que ella pesaba, lo que fue otro botón de acelerado para llegar a esa belleza que tanto deseaba.

          Ya no era solo el hecho de que hiciese ejercicios las 24 horas sino que también fue dejando de comer y poco después empezó a vomitar lo que ella comía. Su belleza alcanzó el límite y empezó a desbordarse en deterioro pero de alguna manera cada vez que lo hacía se sentía aliviada.

          Ya modelar no le importaba ya había olvidado como masticar, el sabor de la comida le daba nauseas, vivía llorando en un espejo. Aunque veía esos ojos grises que eran su verdadera belleza en el espejo, seguía apareciendo en su cabeza la imagen de aquella chica a la que llamaban pequeño cerdito.

          Alexandra entró en un ciclo perturbador, ya no quería comer. Ana ahora la tenía en sus manos.

          Ana es la forma a la que se refería a esa enfermedad que ahora ya sabía que tenía y no podía dejar; la anorexia.

          Todo le parecía tan diferente los colores los olores. Sus hermanos la intentaban a alimentar pero aún así ya se le podían ver las costilla tenía un peso mucho menor al que tenía cuando era una niña ahora pesaba solo cuarenta y cinco kilogramos. Alexandra estaba a punto de morir.

          Pronto luego de años de investigación se descubrió que su madre después de todo no se había suicidado. Alexandra ya no podía con la culpa y lo confeso todo, ella odiaba a su madre ella era la razón por la que no podía ser bella, ella era la razón por la que su padre ya no estaba, ella era la razón porque de pequeña nunca tuvo amigos por eso acabó con su vida un día que esta le ofrecía su plato preferido de manera insistente. La tomó con ira y la amarró a una soga no fue ningún plan, las cosas parecían un suicidio por sí solas.

          Cuando Alexandra confesó todo esto volvió a sentir hambre, y aquél odio hacia su madre había desaparecido pero ya era tarde. Ahora se encontraba en el Asilo del silencio.

          Podemos nacer con problemas mentales ser peculiares o como los llamamos todos; locos  pero realmente son la mezcla de una mala decisión, una pequeña oración que te diga alguien, junto a los pequeños problemas en tu cabeza, mezclado con el rechazo y maltrato psicológico-físico los que hacen a un psicópata. Termino de escribir en mi ensayo al ritmo que Alexandra termina de contarme.