Asilo del silencio (TERMINADA)

Capítulo 11 - Sin sentido

          Tomo la llave y la pongo en mi bolsillo y la pistola que había caído al suelo la pongo en mi bolso y salgo de ese lugar corriendo literalmente sigo escuchando pasos leves tras de mí pero no miro hacia atrás llego a la puerta y la abro rápidamente de par en par y sin cerrar, la segunda puerta también está abierta de par en par, tomo la pistola y apunto caminando con cuidado a la salida esperando ver al niño que me hablaba. Luego de eso camino rápido por el primer pasillo y por el segundo mirando hacia atrás de vez en cuando, antes de abrir la puerta de entrada del nivel 5 me detengo y guardo la pistola, paso la tarjeta de acceso sobre el sensor y salgo intentando disimular.

          Justo cuando planeo cerrar la puerta, los guardias me tiran al suelo y caigo casi golpeándome fuertemente en el cachete derecho.

          —¡Deténganse, deténgase! —gritan violentos y yo estoy en el suelo sufriendo las consecuencias de mis actos, no sé porque soy tan estúpido de creer que no habían escuchado el sonido de los disparos, los guardias toman mi bolso y se dan cuenta de que tengo un arma en el, además que tengo un uniforme y un carnet que no me pertenecen.

          Todo se vuelve un caos, los guardias empiezan a llamar por su radio y anuncian que me tienen a mí detenido por tener un arma.

          —¡Suéltenme! —le grito a los dos guardias que no me dejan ni moverme e intentan ponerme unas esposas —. Debo ayudar a Cat, la van a matar sino me apresuro —Sin aviso veo como del cuello de uno de los guardias se empieza a derramar sangre mientras un hombre de alrededor de cincuenta años, calvo muerde su cuello con todas sus fuerzas este hombre tiene una camisa de fuerza totalmente blanca igual a la que tenía el traga almas pero que no está rota, la cara de este señor asesino denota más sabiduría, astucia y maldad.

          —¡Ah ah ahhhh ayúdame! —le gritaba el guardia herido a su compañero que estaba paralizado por el miedo. Al parecer el anciano sabía perfectamente lo que hacía mientras el guardia temblaba congelado viendo como atacaban a su compañero y su cuello se desangraba, yo aún seguía en el suelo inmóvil.

          Cuando el segundo guardia al fin decidió tomar el arma y disparar el hombre le dio un cabezazo justo en la garganta y este soltó el arma desconcentrado y adolorido, el anciano lo tomó por su cuello y lo apretó hasta que el segundo guardia dejó de respirar. Con su boca toda ensangrentada y cara de asesino me mira con aquél morbo y yo sé que soy el próximo.

          Rápidamente me pongo de pie y me alejo de él anciano maniático, El señor no parece tener intenciones de acercarse a mí, él patea el cuerpo del primer guardia y luego el del segundo guardia como para asegurarse de que ambos estuviesen muertos.

          —Preferiría comérmelos vivos —me explicó con una sonrisa en su rostro —, pero supongo que podrían haber traído dificultades, ¿no lo crees Leroy? —me habló a mí directamente como si me conociera, tenía un acento británico.

          «¿Cómo sabe mi nombre? », pienso pero no me atrevo a preguntar simplemente sigo retrocediendo ya temblando del miedo.

          —Te preguntarás como sé tu nombre —me pregunta el anciano asesino como si pudiera leer mi mente —. Pues la verdad es que sé muchas cosas de todo, jajajaja la modestia nunca fue mi fuerte al igual que tampoco fue lo tuyo ¿No es así?

          Intento visualizar donde está el arma y recuerdo que la dejé en el bolso que revisaron los guardias.

         «¿Es posible que pueda visualizar tanto con tan solo verme? », quizás vio mi tarjeta de identificación.

          Me doy cuenta de he retrocedido tanto que ya estoy bastante alejado de él.

          —Oye ¿ahora eres mudo eh? —me pregunta el anciano asesino —, supongo que he sido desconsiderado, en donde han quedado mis modales. Mi nombre es Andrew. Discúlpame por la sangre en mi boca pero al parecer este ha comido mucha grasa —continúa y ríe con unos dientes algo amarillos y cubiertos de sangre.