La sorpresa

181 12 2
                                    

Nos despertamos completamente abrazados. En la misma postura que la noche anterior. No sabía si ella estaba despierta, pero no quería moverme para comprobarlo. Permanecí así en la misma postura, durante mucho tiempo. Ese era mi sueño tenerla solo para mí. Despertar junto a ella cada mañana. Oír su respiración mientras todavía duerme. Sentir el peso de su cuerpo sobre el mío

-Buenos días – le dije al sentirla moverse

-Buenos días

-¿Has dormido bien?

-Si ¿Y tú?

-Estupendamente. Será mejor que nos levantemos

-¿Por qué? No tenemos nada que hacer

-¿Piensas pasarte el día en la cama?

-¿Tienes otra idea mejor?

-No. La verdad es que no

********************

Me abrace más a él. No quería que se arrepintiera y se fuera. Me volví a dormir. Cuando desperté Jaime no estaba ¿Como se había levantado, sin que yo me diera cuenta? ¿Pero si lo tenía abrazado? ¿Tan profundo fue mi sueño? Me levante y el no estaba en la casa. Tenía el desayuno medio preparado encima de una bandeja, con una flor y una nota

”Buenos días dormilona. Te quiero. He tenido que salir. Nos vemos luego. Besos”

Desayune, me vestí y recogí la casa. Puse una lavadora. Como no tenía nada más que hacer y el día estaba muy bueno, decidí salir a dar una vuelta. Pase por casa de Alejandra, debía de estar de limpieza, porque había mucho jaleo. Me acerque por si necesitaba algo

-Buenos días ¿Necesitas ayuda?

-Buenos días. No gracias. Estoy mudando algunos muebles. Pero ya se encargan lo hombres. Ellos tienen más fuerza ¿Dónde vas?

-Hace un día estupendo y he decidido dar un paseo

-Es una buena idea. Ojala pudiera acompañarte

-Puedo ayudarte y luego nos vamos las dos

-No hace falta de veras. Esta todo controlado. Yo solo estoy para indicar los cambios. Pásatelo bien

-Como quieras. Si cambias de idea búscame

-De acuerdo

Di la vuelta a todo el cuartel. Nunca había dado un paseo tan largo. Cuando pase por casa de Alejandra ya no había nadie. Llegue a casa, por fin, estaba bastante cansada. Abrí la puerta y….

-¡¡¡¡¡SORPRESA!!!! –grito un montón de gente. Entre los cuales estaba Jaime y……… ¡¡¡MIS HERMANOS!!!

-¿Dios que es esto? – me fui hacia ellos y los abrace fuertemente. No me lo creía. No podía ser. Eso debía de ser un sueño. Entonces vi a la letrada que se dirigía hacia mí

-Aquí los tienes. Ya no os separareis mas, se quedaran para siempre – me dijo

Le di un gran abrazo y luego busque a Jaime

-¿Tú lo sabías y no me dijiste nada?

-La letrada llamo por la mañana para comunicarlo. Estabas completamente dormida y no quise despertarte

-¿Todos lo sabíais? No estabas de limpieza, sino arreglando la casa – le dije a Alejandra

-Queríamos darte una gran sorpresa y por poco no nos la arruinas. No parabas de insistir en ayudar

-Cierto. Debí darme cuenta. Tenías demasiada prisa porque me fuera

-Bueno ¿Nos vamos a ver el nuevo hogar? Yo tengo que certificar que es el adecuado – dijo la letrada

-Por favor no le vaya a poner pegas. Pídame lo sea pero certifíquelo perfecto – le dije yo, casi suplicándole

-Seguro que lo está. Aunque ya que lo dices, te voy a pedir algo

-Lo que sea

-Quiero ser la madrina

-¿Madrina de qué?

-De la boda – lo dijo mirando a Jaime y luego a mí

-Hecho – dijo Jaime, mirándome a los ojos

-Pero si dijiste – se arrodillo y me ofreció un anillo, sin dejar de mirarme

-¿Quieres casarte conmigo?

-Y lo de esperar hasta cumplir los dieciocho – dije

-Faltan casi dos años. Si de verdad quieres esperar lo haremos

-No soy yo, la de los prejuicios sociales

-Cierto soy yo y te estoy pidiendo que te cases conmigo. Si no estás segura lo dejamos para más adelante. Yo no tengo prisa

-Si

Bajo la mirada, empezó a ponerse de pie y a guardar el anillo mientras yo le ofrecía mi mano

-Si quiero casarme

 Me miro a los ojos y empezó a ponerme el anillo y luego me dio un gran beso, mientras todos los presentes aplaudían. Luego nos dieron la enhorabuena

Nos fuimos a la cabaña de Alejandra, que sería desde ahora nuestra. Estuvimos viendo las habitaciones de los niños, la de juegos y el resto de la casa

-Esta todo perfecto – dijo la letrada, mientras firmaba los papeles, que luego firmamos Jaime y yo – Ya está. Desde ahora sois los tutores legales de los niños hasta su mayoría de edad

Me fui hacia ella y la abrace fuertemente

-Gracias

-Yo solo he hecho mi trabajo

-Has hecho más de lo que debías – le dijo Jaime, dándole otro abrazo

-Será mejor que me vaya, o me haréis llorar. No se os olvide avisarme para la boda

-Por supuesto que no – dije

La letrada se marcho. Y detrás se fueron todos los demás. Cuando por fin conseguimos acostar a los niños, nos pusimos a hablar

-Te he extrañado durante todo el día – le dije

-Y yo a ti – me contesto

Nos volvimos a besar

-Espero que esto no sea adictivo – me dijo

-Tienes razón. Creo que deberíamos delimitar los besos. Poner un tope por día

-¿Será una broma?

-¿Te molestaría no poder besarme cada vez que te apeteciera?

-Pues claro ¿A ti no?

Yo podría pasarme el día entero sin hacerlo – me dio un manotazo en el brazo e intento alejarse, pero le sujete y le di otro beso

Ya no podría vivir sin tus besos – le confesé

Amor verdadero ¿O no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora